“Me gusta pensar que mi historia sirve de inspiración. Si estás pasando por esto, no estás solo”.

“México sigue en pañales. Le falta mucha educación en materia de género”, dice Pablo, un chico trans de 21 años.

Y quizá la mejor forma de entender qué es la orientación sexual y la identidad de género sea escuchando al otro y ponernos en sus zapatos.

Ahora, gracias a la revista Malvestida, conoceremos algunos casos para observar a fondo las experiencias de algunos integrantes de la comunidad LGBTI y el rol que juega la sexualidad en la forma en que son percibidos por los demás.

Pablo descubrió desde los 12 años que su orientación sexual iba dirigida hacia las mujeres, pero fue hasta los 14 que comenzó a cuestionarse.

“Sentía que me faltaba algo o que había algo mal en mí. Cuando investigué en internet encontré el término transexualidad. Eso me asustó”.

Su transición empezó a los 15. Y el infierno también. Lo peor de afrontar, dice, fue la parte social. Sufrió bullying, lo batearon, y los chismes no lo dejaban en paz.

Aunque sus padres no comprendían lo que pasaba, lo apoyaron. Pasaron años para que comenzaran a verlo como un hombre.

“Me sometí a una cirugía de reducción mamaria. Inicié un tratamiento hormonal y comenzó a crecerme la barba, el vello y a cambiarme la voz. También dejé de menstruar”.

Seis años después, Pablo ya cuenta con todos los documentos que lo identifican como varón.

“Me gusta pensar que mi historia sirve de inspiración. Si estás pasando por esto, no estás solo. Siempre habrá algo positivo y hay que enfocarse en ello”.

Por SDP Noticias