AMLO SÍ, Sasil y ERA, NO
Amet Samayoa Arce/Ultimátum
“Interpreten mi silencio”. Esta fue la acotación tajante e irritada de Andrés Manuel López Obrador ante el reincidente abucheo en contra de los candidatos a la Gubernatura y Senado por Morena, Rutilio Escandón Cadenas, Sasil de León Villar y Eduardo Ramírez Aguilar, cuando insistía en el voto a favor de ellos. Corroboró que es “mecha corta”, aunque moderó su intolerancia porque está en campaña de lo contrario ya puede usted imaginarlo. Este es el comentario que sigue corriendo 2 días después del barullo de Palenque. La rechifla para Rutilio Escandón fue vergonzosa, pero por el tiempo que lleva al interior de Morena, además de la caballerosidad con la que se ha comportado ha abonado para que el rechazo sea menor, sobre todo en comparación con los momentos horribles que experimentaron Eduardo Ramírez y Sasil de León. El ex titular del Poder Judicial del Estado -debe decirse con toda objetividad- tuvo la humildad de invitar a tomar café a los activos de Morena en su propia casa, sostuvo desayunos con los actores del partido y aún con su estilo de poca persuasión les buscó el lado.
Eduardo Ramírez, ¿¿¿oferta 400 mil votos ???
Esto no ocurre con Eduardo ni Sasil, que evidentemente ignoran a las bases de Morena; no se acercan a los representantes territoriales a nivel municipal, mucho menos a los referentes en los consejos estatales y nacionales. No se les ve el interés de enamorar a los morenos que representan el voto duro para el primero de julio próximo. Ambos llevan la insolencia y soberbia por delante. ERA, sostienen sus incondicionales como Juan Pablo Montes de Oca que suma a Morena 400 mil votos y esa es su aportación, en tanto que Sasil de León no trae nada pero se ufana de ser “ungida” por el UNO, por lo tanto no tiene porqué despeinarse para conseguir votos. Con esta actitud no dude usted que se retome la idea de AMLO sí, ERA y Sasil NO.
Del Fuero y cosas peores
En los próximos días la competencia por ganar la Presidencia de la República dará un giro. Con el arranque de las campañas para elección de gobernador que se llevan a cabo en nueve entidades y en otras seis donde habrá elecciones para alcaldes y congresos locales, ha iniciado también la recta final de la carrera por la Presidencia. La etapa de reconocimiento ha pasado, ahora es tiempo de las definiciones. Varios equipos de campaña deberán renovarse y cambiar la orientación de su estrategia. Comenzaremos a ver cómo se van alineando las afinidades y reforzando los compromisos. Los temas centrales de las campañas estarán orientados a las demandas más sensibles de la sociedad intentando atraer la atención de potenciales votantes. Sin embargo para pasar del discurso al compromiso se están haciendo los cálculos políticos del impacto en el discurso y también de los posibles escenarios después de la jornada electoral. Dos temas centrales de la discusión que están presentes en el discurso de los candidatos son la eliminación del fuero y el nombramiento del Fiscal General de la Nación. Aún que existe un consenso social generalizado por la eliminación de este privilegio reservado a los representantes populares y no obstante que diversas instituciones internacionales lo han solicitado, pasar del discurso al hecho real y concreto es más complicado de lo que parece, aparentemente todos los políticos y los partidos estarán de acuerdo con eliminar el fuero pues la sociedad lo asocia con abusos y los percibe como una fuente originaria de la corrupción e impunidad pero en la realidad política existe miedo y han aconsejado cautela por lo que asumen como el advenimiento de una era de la persecución y el desenfreno que generaría inestabilidad política y que podría terminar convirtiéndose en un instrumento golpista. Actualmente el fuero está contenido en el artículo 111 de la Constitución Política, originalmente fue creado para proteger el derecho de expresión de los legisladores ante el abuso del Poder Ejecutivo, es una figura jurídica que ha quedado como rescoldo de las disputas posrevolucionarias y los hechos sangrientos en los que perdieron la vida varios legisladores, entre ellos nuestro prócer Belisario Domínguez, castigados por declarar en contra del usurpador Victoriano Huerta. Posteriormente el fuero se amplió como una inimputabilidad procesal, argumentando la necesidad de estabilidad política, lo que generó la impunidad que ahora se pretende terminar.
El miedo de la clase política
La presión por los organismos internacionales no es únicamente a México, el argumento en estos casos es la falta de crecimiento del PIB y la falta de persecución a las bandas internacionales que sobornan a los funcionarios como el caso Odebrecht o el caso OHL, recordemos que ya hay varios casos en los que presidentes de países de Latino América han enfrentado casos de corrupción y han tenido que renunciar, como ha ocurrido recientemente en países como Perú, Guatemala y Brasil. Actualmente el fuero protege no solo a Diputados y Senadores, sino a los altos funcionarios del Poder Ejecutivo incluido el Presidente de la República, para quien se reserva un proceso especial en el Senado en caso que se decida juzgarlo y solo por delitos graves como traición a la patria, también poseen fuero los ministros de la Suprema Corte, los Consejeros Electorales, el Fiscal General y los Magistrados del TRIFE. La demanda social por la eliminación del fuero se inscribe en el rechazo a los actos de corrupción que la sociedad asocia con la actividad política. Este es el sentir que ha generado el famoso hartazgo social. Es decir, la visión y demanda social no coincide con el verdadero miedo de la clase política. Por eso el fuero es tan controversial. Algunos de los grupos que apoyan a Andrés Manuel López Obrador en realidad no desean que se apruebe la eliminación del fuero. La presión al interior de MORENA proviene desde sus propias entrañas porque algunos candidatos postulados enfrentan o han enfrentado procesos judiciales en su contra y lo que desean es precisamente disfrutar de la impunidad que les otorga el fuero constitucional al obtener puestos de elección popular. Es evidente que al ser postulados por este instituto político se establecieron compromisos de apoyo en votos a cambio de sus candidaturas y por consecuencia su impunidad. Eso ocasiona que la postura del propio candidato no sea contundente porque está entre la espada y la pared, entre mantener una postura clara y contundente y entre los compromisos adquiridos con personajes como Nestora Salgado o Napoleón Gómez Urrutia. La primera le ofrece votos en la región central de Guerrero con sus grupos de Izquierda Social y el segundo le ofrece recursos y apoyo de algunos grupos de mineros. Ambos anhelan su curul pero con fuero. Algo aún mayor es el cálculo político que de ganar la Presidencia, los grupos contrarios a Andrés Manuel López Obrador estarían estableciendo las denuncias y procesos en su contra que lo llevarían a la inestabilidad en su gobierno a la limitación de sus acciones y en el extremo a la deposición. Recordemos que al propio AMLO se le impuso un proceso de desafuero que cimbró la vida política del país en los años 2004 y 2005.
Campaña de emociones y sentimientos
El PRI está haciendo los mismos cálculos pero aplicado a los gobernadores y a los funcionarios del actual gobierno que están buscando una posición de protección en alguna curul. La eliminación del fuero está concatenada con el nombramiento del Fiscal General de la Nación. La propuesta que están impulsando tanto el PAN como el PRD es la creación de una fiscalía autónoma con nombramiento inamovible, tratan que este sea un nombramiento que se dé por la siguiente legislatura, a esta propuesta se han sumado los legisladores de MORENA pero solo por lo que corresponde al nombramiento en el siguiente gobierno. En lo que no coinciden es que MORENA desea que la propuesta de nombramiento provenga del Presidente de la República, calculando que serán ellos los que ganarán la elección y le tocaría a AMLO proponer al nuevo fiscal. Esperan también ganar la mayoría en el Congreso con lo cual podrían entonces si, eliminar el fuero pero reservándose la selectividad de la acción judicial. El PRI por su parte desea que el Fiscal General sea autónomo, que dure en su encargo nueve años pero que se nombre en la presente legislatura, las razones son obvias. Como se ha afirmado, esta será una campaña de emociones y sentimientos, el hartazgo social, el miedo a los cambios de gobierno. No descartemos también el miedo de la clase política jugando a evitar quedarse sin el manto protector del fuero y de cosas peores.
De Tarot y Adivinanza
La Alianza del PRI,PVEM y PANAL aún no tiene candidatos al Senado. ¿le apostarán a la aventura de no aparecer en las boletas electorales, como ocurrió con Zoé Robledo Aburto? … servidos.
tarot722@hotmail.com