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Sobrevivientes del volcán de Guatemala entierran a sus víctimas

Familiares y vecinos de la zona devastada el pasado domingo por la erupción del Volcán de Fuego, al sur de Guatemala, entierran este domingo a sus víctimas, mientras otros sobrevivientes de la tragedia continúan buscando los cuerpos sepultados de sus parientes.

Carlos García, de 16 años, acompañaba los féretros con los cuerpos de su hermana Griselda Cortina, de 27 años, y de su sobrina, Meylin Johaly Chávez, de 9, en una procesión el domingo por la mañana en el pueblo de San Juan Alotenango, en el departamento de Sacatepéquez.

Ambas murieron engullidas por el torrente descontrolado de ceniza, gas y piedras que lanzó el volcán por la ladera sureste y que arrasó hace una semana la comunidad de San Miguel Los Lotes, dejando al menos 110 personas muertas y 197 siguen desaparecidas, según fuentes oficiales.

En tanto, casi cuatro mil 500 personas siguen en albergues y casas familiares.

Carlos se salvó, aseguró, “porque vivía en la zona sur de la comunidad”, mientras que sus familiares residían en la parte norte, la primera en recibir el impacto del material piroclástico, y donde la devastación es mayor.

Dice que escapó cuando vio a los vecinos bajar despavoridos.

Cientos de hombres formaron un pasillo por el que pasaba el cortejo fúnebre encabezado por 11 niños que portaban ramos de flores, en el que también iban los cuerpos de Dolores Pérez Paz, de 21 años, y de María Etelvina Charaldo, de 28.

Jaime Barillas, acompañaba desolado el cortejo al lado del ataúd de su esposa, María Etelvina. El joven de 29 años es agricultor y se salvó de la tragedia porque en ese momento trabajaba en una finca cerca de Antigua Guatemala, a 25 kilómetros de San Miguel Los Lotes.

Las hijas de Jaime, Darley Andrea y Génesis Amaria, de 6 y 2 años respectivamente, siguen desaparecidas. Solo ha podido recuperar el cuerpo de su esposa, identificada por la pruebas de ADN, pero no sabe si los cuerpos de su hijas están en la morgue o enterrados bajo la ceniza. “No puedo más de dolor, nunca más las volveré a ver”, dijo.

Un millar de vecinos, familiares y amigos de las víctimas acompañaron la procesión hasta el cementerio de Alotenango.

Vía INFORMADOR.MX

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