Bailando en la oscuridad
Galileo Becerril/Ultimátum
[…] Todo ejercicio del goce
entraña algo que se inscribe
en el Libro de la deuda en la Ley […]
Jacques Lacan
Sinopsis spoileica
Un musical del director Lars von Trier, que narra la historia de Selma (Björk), una mujer que trabaja en una fábrica en la que se hacen ollas de metal; y que por una enfermedad congénita está perdiendo poco a poco la vista –, dicha enfermedad es heredada a su hijo Gene; quien también, irremediablemente irá perdiendo la vista. Selma decide trabajar horas extra para poder operar a su hijo e impedir que éste pierda la vista. Selma vive en un camper y tiene como vecinos a Bill Houston (David Morse) y a Linda Houston (Cara Seymour); una pareja que goza de la herencia que la madre del Bill le dejó permitiéndoles vivir con una cierta comodidad económica. Bill es policía en el pueblo y Linda se dedica al hogar. En ocasiones invitan a Selma y a su hijo Gene a cenar a su casa, ellos ven compasivamente a sus vecinos porque se dan cuenta del esfuerzo que hace Selma para poder realizar la operación de su hijo. La vida de Bill se complica cuando el dinero que le heredó su madre comienza a escasear y no puede decírselo a Linda. Bill decide contárselo a Selma y se encamina al camper, para que ella lo ayude, sabe que ella ahorra para la operación de Gene; él le cuenta lo hermoso que es saber que Linda lo espera cuando va al banco y regresa con una valija plateada con el dinero. Selma se niega porque no soporta la idea de postergar la operación de su hijo, porque sabe que el tiempo vale oro y cualquier retraso haría que la enfermedad avance y, como con Selma, sea demasiado tarde para operarlo. La escena es de coraje, de impotencia; Bill abre la puerta para salir del camper, pero no lo hace, se esconde detrás de la puerta; Selma ha perdido casi por completo la vista y no se da cuenta, esto le permite a Bill descubrir el lugar en donde Selma esconde el dinero. Bill toma el dinero y lo deposita en la valija plateada y vuelve a jugar el juego en el que Linda lo ve llegar con ésta.
Al día siguiente Selma abre el bote en donde guarda el dinero ahorrado para depositar lo ganado en la fábrica y se da cuenta de que ya no está. Sabe que Bill lo tomó, tropezándose con sus pasos y el coraje va a casa de sus vecinos, Selma se encuentra con Linda y le pregunta por Bill, éste se encuentra en el estudio contando el dinero que la madre le ha heredado. Selma sube al estudio de Bill y comienzan una discusión sobre el dinero, forcejean, ella toma la pistola de Bill y le dispara porque éste jamás soltará la valija, erra algunos tiros y otros los asesta. Bill queda tendido en el suelo desangrándose moribundo. Ella toma la valija y sale a tientas de la casa y se encamina al hospital. Linda llama a la policía para denunciar el robo y el asesinato de su esposo.
Selma llega al hospital y deja el dinero que salda el pago para la operación de su hijo. Después es arrestada y llevada a juicio. Selma es condenada a ser ahorcada hasta morir por el asesinato de Bill.
UN PARÉNTESIS
El concepto psicoanalítico que viene a a dar cuenta de lo que le sucede a Selma es el de Goce. El goce lacaniano es la unificación del la pulsión de muerte freudiana y el placer, es ése límite en donde dolor y placer se encuentran y se hacen uno…hermanados. No es ya un exceso de dolor, no es ya un exceso de placer, sino que es goce. De lo que goza una persona es de su síntoma, aquello por lo que asistimos a sesión psicoanalítica y que queremos dejar de hacer o que ya no nos ocurra y que constantemente repetimos: la queja constante del obsesivo por tener ideas obscenas; o de estar siempre deseando que le ocurra algo terrible a un ser querido; o que colecciona todo tipo de objetos, hasta mujeres puestas como objeto; o que es abandonado por sus parejas y que no entiende por que –siendo él tan buen prospecto, caballeroso, amable y amoroso– siempre sus parejas lo dejan. O la queja histérica de la insatisfacción que siente cuando siempre ocupa el lugar de la amante, porque siempre se “consigue” hombres casados y siempre termina siendo la amante.
Por un lado el obsesivo cree darlo todo, pero la verdad es que sólo simula darlo todo, porque ha situado a su pareja en el rincón más oscuro, como coleccionista de mujeres-objeto, porque la tiene muy segura ya que sabe que de ese rincón no se moverá y, resulta, que sí se mueve y termina dejándolo. Y descubre que siempre le ocurre lo mismo, siempre se repite la situación, es ahí en donde se ubica el goce, en esa repetición –y como dice la canción de Real de Catorce– de dolor y placer.
La histérica que se queja de esas relaciones en las que siempre termina siendo la amante, ubica su goce al descubrir que no sabe lo que desea, que de su deseo no sabe, sino es hasta que encuentra a una que le indique lo que debe desear o más precisamente, a quien desear. Por eso se busca a hombres casados que, honestamente, ni siquiera el hombre tiene que ver, se fija en él por ella, es por la esposa, porque parece que, según piensa la amante, ella sabe lo que desea.
EL GOCE DE SELMA
El proceso penal de Selma es mal conducido por el abogado de oficio que el estado le asigna, por lo que es condenada a la horca. Su amiga Kathy y Jeff, el enamorado de Selma, le brindan ayuda y hacen hasta lo imposible por ayudarla. Jeff descubre que Selma, el día de la muerte de Bill, acudió al hospital para depositar el dinero para la operación de su hijo. Kathy le dice a Selma que lo han descubierto todo, que saben que el dinero es para la operación de Gene, y que han conseguido a un abogado que la defienda y aplace la sentencia, porque el jurado tomará en cuenta que lo hizo por su hijo. Selma se pone feliz y espera con impaciencia la llamada en la que le indiquen que se su muerte logró ser aplazada. La llamada se consuma y Selma puede entrevistarse con el nuevo abogado; ahí se entera que el dinero que juntó para la operación de su hijo, será para pagar al abogado. Selma toma una decisión que nadie se espera, y es ahí donde se precisa el goce; Selma decide no aceptar la ayuda del abogado, Kathy le revira diciendo que Gene necesita a su madre, que realmente eso es lo importante, pero para Selma es mas importante ver que tener una madre. Su goce es mortífero, Selma prefiere morir que pensar en su hijo ciego; y está dispuesta a sacrificarse con tal de permitir que su hijo vea.
Una película que no debemos perdernos, aunque se estrenó en el 2000, es una genialidad tanto la dirección de Lars von Trier como la actuación de Björk, que lo suyo es hacer buena música. Es una película que te permite –a la luz del psicoanálisis y del concepto lacaniano de goce–, entender un poco más la naturaleza humana, que siempre es mas ininteligible que lo que podemos intentar captar.
galileobecerril@gmail.com