REDACCIÓN/ULTIMATUM
TGZ
De las mil 500 especies de animales vertebrados existentes en Chiapas como peces, anfibios, aves y mamíferos, más allá de los insectos y bichos microscópicos, cerca de medio millar están en riesgo o amenaza de extinguirse producto de la transformación y perturbación de su hábitat natural, advirtió Carlos Alberto Guichard Romero, director del Zoológico Miguel Álvarez del Toro (ZooMAT).
En entrevista, aseveró que derivado de ese cambio de uso de suelo, los ecosistemas dejan de ser zonas de manglares o humedales para transformase en hoteles y pesquerías, o selvas para transformarse en cultivos o potreros, y una serie de actividades humanas relacionadas con la minería, entre otras consideradas como “nocivas”.
De hecho, afirmó que de los 17 ecosistemas distintos con los que cuenta el estado –pues sólo le faltaría poseer con las cumbres nevadas permanentes y los desiertos para tener representados todos los biomas que hay en el planeta-, alrededor del 70 por ciento presenta alguna perturbación, “entonces hablamos de que hemos perdido mucha biodiversidad”.
Por fortuna, dijo, se dio el decreto de las áreas naturales protegidas (ANP’s) a fin de proteger los distintos biomas y espacios ecosistémicos, las cuales -refirió- permiten mantener la representatividad de las especies.
Es decir, explicó, “tenemos hábitats para jaguar, para tapir, entre otras, pero en proporción es un hábitat bastante reducido, y por ende disminuyen las poblaciones, entonces la capacidad genética y el futuro de estos animales cada día se ve más amenazado”.
Agregó que en ese sentido estos ecosistemas se han convertido en grandes islas, “y en consecuencia las especies se ven más vulnerables a enfermedades, cambios, y ahora tenemos otra gran amenaza: el famoso cambio climático”.
Ejemplificó que los ciclos se han alterado, prueba de ello, aclaró, es lo que sucede con algunas especies de aves: “algunas han evolucionado, anidan en una cierta temporada, y cuando vienen las primeras lluvias nacen los pollitos y tienen qué comer, pero si hay un retraso se reduce la posibilidad de vida de estos animales”.
“El ser humano no es una especie superior a las demás; por fortuna, para nosotros, tenemos capacidades que nos permiten controlar ciertas variables de nuestro medio, pero no somos ni los dueños ni los que disponemos de los demás”, argumentó.
En el momento en que el hombre entienda que forma parte de un ecosistema, dijo, la situación será distinta en favor del medio ambiente, “pero si ese don llamado responsabilidad lo usamos mal, provocamos lo que provocamos”.
Comentó que los chiapanecos se pueden jactar de contar con una riqueza ecológica enorme, sin embargo también poseen una gran responsabilidad de conservarla, entenderla y valorarla.