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Las contraseñas pronto pasarán a la historia

Los expertos en ciberseguridad y los internautas coinciden en que hay que acabar con las complejas cadenas de letras y números que se utilizan en las contraseñas. La búsqueda de algo con que remplazarlas se ha acelerado debido a la aparición de dispositivos móviles y del Internet de las Cosas, que ha creado objetos que no se pueden controlar con una contraseña.

Algunas start up están intentando encontrar tecnologías biométricas alternativas, desde la voz hasta las vibraciones del cráneo, con las que identificar a los usuarios.

Pindrop, una empresa de ciberseguridad respaldada por Google Capital, ha creado un negocio de análisis de voz para evitar el fraude telefónico, con el que se monitorizan los 360 millones de llamadas que se realizan cada año a bancos, aseguradoras y vendedores.

Utiliza 147 funciones diferentes con las que elaborar un perfil de la voz del usuario, así como del dispositivo y del lugar desde el que está llamando, con el fin de hacer sonar la alarma en caso de que la persona que llame pueda no ser quien dice.

Pindrop está intentando desarrollar su tecnología para trabajar en dispositivos que se activan con la voz, como el Echo de Amazon y el Home de Google. Si las personas empiezan a utilizar estas nuevas plataformas informáticas para realizar compras y mover su dinero, las empresas necesitarán un método seguro de autenticación.

Un equipo de investigadores de Alemania se está centrando en el reto de los dispositivos que se llevan en la cabeza, como las Google Glass. El mes pasado, Stefan Schneegass, de la Universidad de Stuttgart, presentó el Skull conduct, un método para identificar a un usuario gracias a la forma en que el sonido viaja a través de su cráneo.

“Es difícil introducir un pin o una contraseña en un dispositivo que se lleva en los ojos”, afirma. Todo lo que tiene que hacer el usuario es llevar puesto el dispositivo mientras se reproduce un audio, que puede no ser perceptible para los humanos. “Básicamente, suena diferente según el cráneo del usuario”, señala. La tecnología está en una fase temprana y no está claro si funcionará en espacios en los que haya ruido.

Reconocimiento facial

Cognitec, una empresa alemana de reconocimiento facial, señala que el mayor reto para su tecnología de escaneado facial es asegurarse de que lo que hay delante de la cámara es una persona.

“Con los dispositivos móviles es fácil imitar a alguien, hacerle una foto o un vídeo y ponerlo delante de la cámara”, apunta Elke Oberg, director de Márketing de Cognitec. “Sé que muchas empresas están trabajando en gestos especiales de la cara: girarla, parpadear o guiñar un ojo”, añade.

Por su parte, la start up israelí Biocatch ha creado una biométrica basada en el comportamiento natural. La empresa ha hecho del cursor una nueva forma de identificar a los usuarios de la banca online, ya que ha descubierto que la forma en la que las personas cliquean y se deslizan por la pantalla es algo tan único como sus huellas dactilares o sus iris.

La tecnología “biométrica de comportamiento” tarda solo diez minutos en aprender los patrones de navegación por Internet de un usuario, de forma que pueda advertir a un banco cuando parezca que un estafador o un software malicioso está intentado a acceder a una cuenta.

La empresa trabaja junto con Early Warning, una sociedad de gestión de riesgos que está gobernada por los siete mayores bancos de EEUU, con el objetivo de proteger a 33 millones de usuarios online que realizan 1.000 transacciones al mes.

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