Amado Ríos Valdez/Ultimátum/Delegado Federal de la SEMARNAT en Chiapas
El agua es el recurso más abundante de la superficie del planeta. Sin embargo el 97% del agua disponible es salada, fundamentalmente en el mar y algunos lagos interiores. Entre el 2.5 y 2.75 % es agua dulce, de esta 2 % en estado congelado en glaciares, hielo y nieve, 0.8% en aguas subterráneas dulces, y menos de 0.01 % del total es agua superficial que se encuentra en lagos, pantanos y ríos.
En México la región sur sureste es húmeda, con precipitaciones alrededor de los 2,000 mm por año. Chiapas es el estado con mayor precipitación y disponibilidad de agua dulce del país, con regiones como el Soconusco, donde se llegan a registrar precipitaciones de hasta 4,000 mm/año u otras, más secas como la depresión central donde se registran entre 800 y 1,000 mm/año. Esta alta disponibilidad de agua dulce no se traduce, sin embargo, en una alta cobertura de servicio de agua a los hogares en el estado.
De acuerdo con la Encuesta intercensal 2015 realizada por el INEGI, las viviendas que cuentan con agua entubada dentro del hogar son el 49.9%, mientras que las viviendas que cuentan con agua entubada fuera de la vivienda pero dentro del terreno son el 40.4%. Si bien estos datos muestran que se han alcanzado los Objetivos de Desarrollo del Milenio en este rubro para Chiapas, la situación en las comunidades rurales y en las colonias periféricas de las ciudades es mas bien apremiante. (Fuente: Situación de los indicadores ODM para el estado de Chiapas 2015. Centro Estatal de Información Estadística y Geográfica). La dispersión de las localidades rurales dificulta la construcción de infraestructura de agua potable a cada casa en ellas, no obstante esta situación no explica del todo la carencia de agua potable en más del 10% de los hogares en el estado en el que hay más disponibilidad de agua de lluvia en todo el país. Existen alternativas de bajo costo y que brindan la posibilidad de contar con agua potable sin necesidad de una costosa infraestructura de tubería y bombeo. Desde la SEMARNAT hemos aplicado recursos del Programa de Empleo Temporal para la auto construcción de tanques para el almacenamiento de agua de lluvia. Existen casos exitosos como los de las comunidades de Galilea y Hierba Santa, ambas en el municipio de Jiquipilas y dentro del polígono de la Reserva de Biosfera El Ocote.
Una vez que se utiliza el agua en los hogares, oficinas, en el uso agrícola y los servicios, esta se desecha en los sistemas de aguas residuales. De acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015 del INEGI, el 53.3% de las viviendas está conectada a una red pública de drenaje, el 31.1% a una fosa o tanque séptico y el resto de viviendas no cuenta con drenaje alguno y por tanto se descargan directamente las aguas negras a las barrancas, arroyos, ríos, etc. Las colectadas en el drenaje no son necesariamente tratadas en una planta o sistema tratamiento de aguas residuales. En muchos casos se trata de alcantarillado sanitario que solo recolecta las aguas negras y las concentran para llevarlas fuera de los poblados sin tratamiento alguno.
Por otra parte las aguas que son llevadas a sistemas de tratamiento de aguas residuales son recolectadas y conducidas con el propósito de eliminar materia orgánica y lodos para descargarla limpia hacia un cuerpo de agua receptor, infiltrarla al subsuelo o llevarla a otro proceso. El agua tratada, cuando se lleva a cabo con un tratamiento adecuado, puede reutilizarse para el riego de áreas verdes o para la agricultura y algunos procesos industriales, incluso puede llegar a tratarse al nivel de hacerla potable, es decir, apta para el consumo humano.
El tema de las plantas de tratamiento en Chiapas es de tragedia y drama. Para empezar no hay datos consolidados acerca del número de plantas de tratamiento existentes y en funcionamiento en el estado. De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA, órgano desconcentrado de la SEMARNAT) en dos publicaciones: “Inventario nacional de plantas de potabilización y de tratamiento de aguas residuales en operación (2014)” y en “Estadísticas del Agua en México (2016)” existen 35 plantas municipales de tratamiento de aguas residuales y 93 plantas industriales (que dan servicio a un establecimiento industrial o comercial), sumando en total 128. El Relator Especial sobre los derechos humanos del agua y el saneamiento (que es un consultor externo del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU), Sr. Leo Heller, señaló en su informe de su visita a México el 12 de mayo de 2017, que fue informado que Chiapas tiene 194 plantas de tratamiento de aguas residuales y solo 12 funcionan. Mientras que en la edición de julio de 2017 de la revista Nexos, en el excelente artículo escrito por Sarelly Martínez Mendoza, “Las aguas turbias de Chiapas”, se señala que existen 108 plantas, de las cuales solo 12 funcionan.
Tomando como base la información oficial de la CONAGUA (Estadísticas del Agua en México, 2016), las 35 plantas de tratamiento de aguas residuales en Chiapas tienen una capacidad nominal de 1.92 metros cúbicos por segundo de tratamiento, pero solo tratan 0.91 metros cúbicos/segundo, mientras que las 93 plantas de tratamiento industriales tienen una capacidad nominal para tratar 8.3 metros cúbicos/segundo pero solo tratan 5.2 metros cúbicos/segundo. Es decir que aun las plantas existentes solo tratan la mitad de las aguas negras que recolectan. No cuento con los datos precisos de la cantidad de aguas negras que se producen en el estado de Chiapas, pero con los datos aquí aportados líneas arriba es concluyente que la mayoría de las aguas negras no reciben tratamiento o el tratamiento es deficiente. En la misma publicación de la CONAGUA se señala que al menos 10 plantas municipales tenían en el 2014 un funcionamiento deficiente o no estaban funcionando.
Las aguas negras en su mayoría son enviadas a barrancos, arroyos, ríos o son infiltradas al subsuelo, sin ningún tratamiento previo, contaminando los cuerpos de agua y los suelos y con ello limitando la calidad de vida y la salud de los habitantes y de los seres vivos que habitan en los diversos ecosistemas chiapanecos. En México es un derecho humano constitucional (Art. 4) el acceso al agua, la disposición y el saneamiento. De acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Artículo 115, fracción III, inciso a) el Municipio es la autoridad en la materia de agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de las aguas residuales. La Federación fija la normatividad en la materia y contribuye al financiamiento, junto con los gobiernos de los estados y los mismos municipios para construir la infraestructura necesaria.
Para poder construir y rehabilitar las plantas de tratamiento necesarias para tratar las aguas negras de Chiapas se requieren recursos económicos , esto implica que la Cámara de Diputados Federal y la Estatal aprueben y destinen recursos suficientes para atender urgentemente este problema, que las instituciones de los gobiernos Federal, Estatal y Municipal encontremos las mejores soluciones ecológicas, las más eficientes y que sean soluciones de largo plazo para aplicar eficiente y honestamente los recursos asignados. Una acción elemental es que se separen los drenajes fluvial y sanitario para que las aguas negras vayan al sistema de tratamiento y las fluviales a los arroyos y ríos.
Los ciudadanos tenemos (todos somos ciudadanos al fin y al cabo) también mucho que hacer al respecto: hacer un uso eficiente del agua potable disponible, reutilizar el agua de regaderas y los lavabos, no tirar la basura en las calles, los caminos y barrancos, captar agua de lluvia, no tirar los aceites gastados de autos y herramientas al suelo, calles y caminos, contribuir con los impuestos para pagar el saneamiento y tratamiento de las aguas negras que todos producimos, entre otras acciones básicas y al alcance de todos.