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La Junta Intermunicipal le ha fallado al Cañón del Sumidero

La Junta Intermunicipal para la Cuenca del Cañón del Sumidero (Jiccas), integrada por 15 ayuntamientos, no ha hecho lo suficiente para evitar la grave contaminación del río Grijalva y el deterioro ambiental del Cañón del Sumidero, destacó Alfredo Araujo Esquinca, presidente del Consejo de Cuenca de los ríos Grijalva y Usumacinta.

De nueva cuenta, el Cañón del Sumidero se encuentra en un estado “vergonzoso” por la gran cantidad de basura que, desde los municipios aledaños, arrastra el río Grijalva; sin embargo, esto no es resultado de las fuertes lluvias, sino del mal manejo que las autoridades municipales y los ciudadanos dan a los residuos sólidos.

Araujo explicó que la imagen del Cañón del Sumidero es deplorable, porque 14 de los 15 municipios de la Junta no tienen plantas de tratamiento de aguas residuales funcionales; y ninguno da un tratamiento correcto a la basura.

“Es por ello que se producen tapones realmente penosos en uno de los principales atractivos naturales que tenemos, y que podría tener las características para ser reconocido como Patrimonio de la Humanidad”.

El Parque Nacional Cañón del Sumidero recibe alrededor de 600 mil visitantes al año, y genera importantes fuentes de empleo; sin embargo, desde su constitución en 2013, los integrantes de la Jiccas —entre ellos Tuxtla Gutiérrez, San Fernando, Berriozábal, Chiapa de Corzo e Ixtapa— no se han coordinado para resolver la problemática ambiental.

En promedio, anualmente se retiran dos mil toneladas de basura, y hasta seis mil cuando se registran “máximos extraordinarios”, provenientes de 229 comunidades. Del total, 87 por ciento son residuos forestales; 11 por ciento, residuos agrícolas; y dos por ciento materiales plásticos.

A través de la Jiccas —agregó— los gobiernos municipales y el gobierno del estado se coordinarían para gestionar recursos y evitar el problema de contaminación que las fuertes lluvias ponen al descubierto, “pero después de tres años, todo ha quedado en buenos deseos”.

Los ayuntamientos han fallado también en fomentar una cultura ciudadana del cuidado del medio ambiente: todavía hay personas que tiran basura en la calle y no esperan el camión recolector, “pero no hay autoridad que los sancione”, lamentó Araujo.

Una de las soluciones ante la falta de presupuesto, podría ser una iniciativa para obligar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a destinar el 0.5 por ciento del recurso que factura a los usuarios del país y Centroamérica, a un fideicomiso especial para dotar de infraestructura a los 15 municipios, y garantizar la limpieza del río Grijalva.

Este convenio, sería “un precio justo”, porque la CFE utiliza el afluente con fines comerciales; sin embargo, se requiere de la voluntad del gobierno del estado, para impulsar y presentar la propuesta a los diputados federales.

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