Entre huracanes y temblores
Vianey Esquinca/Excelsior/Ultimátum
“¿En dónde te agarró el temblor?” fue la pregunta más recurrente entre el jueves y el viernes pasados, después del sismo de 8.2 grados Richter que sacudió el país. Las respuestas son múltiples y variadas, pero lo que es un hecho es que a varios políticos el temblor los agarró fuera de base.
Y es que las crisis derivadas de los fenómenos naturales muestran de qué están hechos los gobernantes y la rapidez con la que reaccionan. Algunos de ellos ni siquiera son capaces de seguir los tres puntos esenciales del manual “crisis para dummies”: 1. Coordinarse con las distintas instancias de gobierno; 2. Salir a la brevedad a dar una postura e informar las acciones de apoyo a las víctimas; 3. Ir al lugar de los hechos y visitar a los damnificados.
Los terremotos y huracanes también sacan la personalidad de cualquier persona que se ve envuelta en ellos. Por ejemplo, el presidente Enrique Peña Nieto no sintió el sismo del jueves por lo que no se sacó de balance, pero, según confesó a los reporteros, alguna vez sintió un temblor en Los Pinos que nadie más percibió. Esta declaración podría ser una revelación de la forma en que el mandatario ve una crisis: inexistente cuando está, real cuando no.
Además, muchos políticos tuvieron que enfrentar sus propios fenómenos naturales esta semana. En el Congreso de la Unión se registró un sismo con magnitud de 2.018 en escala electoral que tuvo como epicentro la Cámara de Senadores, pero cuyas ondas sísmicas se sintieron en la Cámara de Diputados, donde la réplica incluso fue mayor. La duración histórica de este seísmo fue de más de 140 horas. Los primeros reportes apuntan a que los priistas fueron las primeras víctimas porque tuvieron que ceder a no hacer el pase automático del procurador general de la República a fiscal general. Sin embargo, ellos se defienden señalando que no fueron damnificados porque el presidente Enrique Peña Nieto fue quien había propuesto la eliminación del pase automático desde noviembre del año pasado.
Otras víctimas de este terremoto legislativo fueron los senadores panistas Ernesto Cordero, Roberto Gil Zuarth, Javier Lozano, Luis Lavalle, y Octavio Pedroza, pues sus compañeros blanquiazules se niegan a darles refugio para resguardarse de los movimientos telúricos que vendrán, cosa que a estos legisladores no les importa demasiado, ya que tienen su triángulo de vida ya localizado con Felipe Calderón y Margarita Zavala.
Lo que es un hecho es que los expertos de diversas instituciones académicas tienen razón y habrá un sismo mayor. Seguramente se refieren a las elecciones presidenciales de 2018.
Los huracanes también han estado presentes en el país. El fenómeno meteorológico llamado Mixcoac le está quitando el sueño al jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera. Después de dos años y múltiples quejas, se inauguró el Deprimido Mixcoac-Insurgentes, pero, como su nombre lo indica, en lugar de alegría trajo depresión, pues no sólo sigue sin resolver los problemas viales de la zona, sino que se ha inundado con las lluvias e incluso ya hay registro de asaltos.
De igual manera las lluvias que se han presentado siguen dejando claro que la Ciudad de México está colgada de alfileres, y que una lluvia “atípica” de ésas que son muy típicas en esta temporada, pueden desquiciarla. Tampoco pueden faltar los socavones que siguen apareciendo, provocando que en cualquier momento el escudo de la CDMX cambie para adoptar como imagen icónica el queso gruyer.
Así, los huracanes están haciendo que algunas aspiraciones presidenciales sufran inundaciones y los terremotos están dejando víctimas y damnificados políticos por todos lados.