Muerte silenciosa en El Zapotal
Mary Jose Díaz Flores/Ultimátum
Para nadie es un secreto que la naturaleza enfrenta un grave deterioro en todo el mundo, lo peor es que los gobiernos fracasan en su intento por conservar las áreas verdes, incluso, participan con empresarios o amigos a quienes les pagan favores facilitando que les otorguen permisos para derribar grandes extensiones de arbolado adulto, aunque en el doble discurso se plasmen grandes compromisos por el medio ambiente.
Como ejemplo tenemos el desastre natural que el cantante chiapaneco, Julión Álvarez ha propiciado en la capital del estado. Desafortunadamente, este artista ha sido colocado como un ejemplo a la juventud por su exitosa carrera artística, pero no es para nada un “ejemplo” cuando es partícipe de una tragedia natural que ocurre ante nuestros ojos y de todas las dependencias ambientales involucradas.
La denuncia que revela el ataque a la naturaleza de uno de los principales pulmones de la capital chiapaneca y que se acompañan de graficas realizadas en el lugar, resultan un grave atentado permitido desde las instituciones de gobierno que seguramente autorizaron los permisos para que de manera irracional se atentara contra la naturaleza de esta zona boscosa.
Investigadores ambientales evalúan los daños en dimensiones gigantescas porque esta reserva forestal alberga miles de especies de aves que pierden su hábitat natural por una acción humana que no es, de ninguna manera, algo de lo que se deba sentir orgulloso el cantante. La causa es una muy distinta: los seres humanos irresponsables que destruimos a otras especies para construir en su lugar una carretera que lleve a lo que seguramente será “la casa blanca” del artista.
La humanidad ya ha exterminado incontables especies sin que jamás lleguemos a conocerlas, y sin saber qué función cumplían. En la mayoría de los casos se trató de la destrucción del hábitat natural: bosques que cayeron víctimas de la agricultura, pesca intensiva que esquilma los océanos, suelos fértiles envenenados o arrasados por temporales a manos del cambio climático mundial y en este caso, zonas deforestadas para una mansión, un capricho de un artista amigo de funcionarios en el gobierno.
Los daños causados deberían tener consecuencias legales por que se ha terminado con una extensa vegetación, muchas de ellas plantas medicinales que sólo nacen en ese clima, comunidades de aves en peligro de extinción y lo peor, es que funcionarios que tienen como tema en discursos de papel el cuidado al medio ambiente han sido participes de este dramático ecocidio.
¿Podrá el ejemplo para la juventud dar una explicación de sus actos en su estado?, ¿se sentirá realmente orgulloso de haber derribado en silencio el hábitat de miles de especies?, ¿procederán autoridades ambientales? En fin, proteger este tipo de actos, sin duda, exhibe el falso discurso de proteger e invertir en el cuidado del medio ambiente.
CON FILO
Es indiscutible que el tema relacionado a la llegada del presidente Enrique Peña Nieto a Chiapa de Corzo y la presencia de manifestantes que buscaban impedir que se realizará el evento oficial, está relacionado con asuntos religiosos y con los abusos que se han cometido con edificios en esta colonial ciudad. Todo parece indicar que el gobierno pretende expropiar terrenos que antes fueron el campo santo de Chiapa de Corzo y los habitantes lo van a defender a como de lugar, pues denuncian que pasó lo mismo con el exconvento de Santo Domingo, lugar de donde fueron desalojadas religiosas para convertirlo en un museo donde se realizan eventos de todo tipo, pero antes habían urnas con restos de personas que fueron llevados a un sitio particular, luego se sintieron despojados de un terreno ubicado frente a la capilla de la virgen de Guadalupe, al lado de la iglesia del Patrón San Sebastían, se derribó y el INAH remodeló, ahora se usa para eventos sociales y políticos, pero no corresponde a la iglesia. En este nuevo intento porque el gobierno se apodere de un terreno donde descansan los restos de familias chiapacorceñas, realmente ha indignado a los habitantes del pueblo que se levantan con el apoyo de los líderes religiosos que han llamado a no dejarse y permitir que nuevamente la iglesia sea despojada de bienes inmuebles, y mucho menos de lo que fue el campo santo donde pretenden construir otro edificio, seguramente para fiestas o eventos políticos. Por eso, no extraña el sentimiento de ira en Chiapa de Corzo, donde los cohetones y cuetes estuvieron al por mayor para defender lo que es suyo.
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