Tadeo Márquez/Ultimátum
TGZ
El Premio de Poesía “Ydalio Huerta Escalante” 2017 ya tiene nuevo ganador; el poeta y escritor chiapaneco Fernando Trejo, después de que le fuera revocado al poeta y periodista José Landa Rosas, originario de la Ciudad de México por presentar un poemario que no era de carácter inédito violando una de las principales bases de la convocatoria.
Landa presentó en la convocatoria su poemario “Biografía del condenado”, sin embargo ya la había entregado con otro título en Campeche, donde previamente recibió premio por ese trabajo, ante tal engaño el jurado anuló el galardón.
De tal manera que Trejo resultó ser el nuevo ganador del XXVII Premio Nacional de Poesía Ydalio Huerta Escalante” con el poemario “En los ojos del mar también una lágrima”.
SU TRAYECTORIA LITERARIA
Fernando Trejo, nació en 1985 es poeta y promotor cultural. Su obra ha sido publicada en Argentina, Colombia, España, México, Perú y Puerto Rico. Ha recibido la beca del Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico en las emisiones 2005-2006 y 2008-2009; la beca del Centro de las Artes de San Agustín, Etla, Oaxaca en 2007; la beca del Instituto Mexicano de Cinematografía en 2010. Desde 2008 gestiona y dirige el Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes de México “Carruaje de pájaros”, ha coordinado distintas antologías de narrativa y poesía chiapaneca.
Ha obtenido diversos reconocimientos entre ellos: “Juegos Florales Regionales San Marcos” Eliseo Mellanes Castellanos 2006; Premio Municipal de la Juventud, Tuxtla Gutiérrez 2007; Premio Regional de Poesía Ydalio Huerta Escalante 2008; Premio Estatal de la Juventud, Chiapas 2009; Premio Juventud Vive en movimiento 2011; Premio de Literatura Joven Max Rojas 2011; Premio Estatal de Poesía Inédita Enoch Cancino Casahonda 2014; XLII Juegos Florales Anita Pompa de Trujillo 2014; segundo lugar en el Premio Nacional de Poesía Joven Jorge Lara 2014; mención honorífica en el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino 2014.
Tan sólo a finales del año pasado, Trejo fue reconocido por el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas (Coneculta) por su trayectoria literaria y que a pesar de ser tan joven su obra “Ciervos”, basándose en la vida de tres asesinos obtuviera una mención en el periódico “Reforma”, como uno de los mejores libros de 2016, en la columna “Escaleta al cielo” de Sergio González Rodríguez.
“Describir la estructura de Ciervos revela su estirpe: se trata de un libro dividido en tres partes, todas escritas de modo autobiográfico a partir de la voz de tres individuos que comparten una característica central: todos son asesinos. Es importante decir que ninguno de estos personajes ha sido inventado por Fernando Trejo: la biografía de cada uno puede ser consultada en libros de historia y hasta en enciclopedias. De modo que Fernando no ha inventado sus vidas, sino su autobiografía, su testimonio: ha inventado su voz. Este libro es, pues, un tríptico de ventriloquia, puesto que el poeta habla no desde el conocido “yo” que comúnmente encontramos en la poesía lírica, sino desde otro personaje que tiene su propia biografía y obsesiones” detalló el poeta chiapaneco Manuel Iris.
LA POESÍA DE FERNADO TREJO
En palabras del propio Fernando Trejo “La poesía es una amiga que me ha acuerpado en mis actividades. Escribirla, darle forma, es un acto de reverencia. Su constitución me ha brindado la capacidad de asombrarme en todos los momentos.”.
Narra que comenzó a escribir desde pequeño. Donde tuvo siempre la inquietud de hacer comic’s en las primarias. Una especie de libros con acertijos. “Dibujaba laberintos, hacía preguntas. Me gustaba jugar con la lectura. Dibujaba también. En hojas blancas que doblaba por la mitad, hacía una suerte de cuadernillo. Dibujaba una portada y adentro ilustraba con personajes y preguntas la historieta”.
De esa forma empezó a jugar con la literatura creo, a jugar con la literatura. Posteriormente se fue interesando por otros escritores ya alejados de “Memín Pinguín” y “Kalimán”. Además de su guía en la literatura, la poeta Socorro Trejo, su madre quien le mostró las primera obras poéticas de su autoría como de sus amigos cercanos.
“Ella fue quien me apartó los primeros libros. La leí a ella, a sus amigos, a los poetas chiapanecos”
Pero fue hasta los 14 o 15 años cuando intentó escribir poesía. “Poco a poco, a la par de lecturas, empecé a agarrarle cariño, necesidad, compromiso al proceso de escribir”.