Issa Maldonado/ Ultimátum
TGZ
Los escenarios para las familias del campo son abrumadores ante la compra indiscriminada de terrenos, sobre todo en zonas agrícolas, rurales e indígenas, las cuales han sido posesionadas por grandes corporaciones y empresas extranjeras que han provocado la emigración y el abandono de tierras cultivadas, alertó Rosa María Armendáriz Muñoz, presidenta de la Confederación Nacional Campesina de Indígenas y Productores Rurales (Cncinpro).
En una visita Chiapas, la presidenta denunció que en los últimos años el despojo de tierras, por medio de extranjeros, ha provocado impactos en la estabilidad, seguridad y cultivos de las familias que se sostienen de los diferentes cultivos.
Al considerar que en la reforma al campo, impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto, no se toma en cuenta la participación y opinión de hombres, mujeres y asociaciones, advirtió que de no impulsar políticas públicas que regulen la compra de terrenos, se vislumbra la escasez en alimentos básicos.
Armendáriz Muñoz, señaló que el acaparamiento de tierras a nivel mundial ya es una problemática visible, pues se han vendido de forma irregular más de 227 millones de hectáreas, cuyos poseedores han sido para beneficio de corporaciones, inversionistas y empresarios que sólo atraen problemas para los campesinos.
Ello, sostuvo la presidenta, provoca que las familias campesinas no tengan acceso a vivienda digna, mientras que sus cultivos son acaparados en beneficio de las transnacionales, las cuales especulan con los precios de los alimentos.
“Hay que frenar y regular la compra masiva de estas tierras, empujan a los más débiles a la emigración, enfermedad, hambre y miseria por estas acciones”, expuso la líder de la Cncinpro.
Ante ese panorama, Armendáriz Muñoz urgió a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que regularice la venta de tierras, ante el éxodo de cientos de personas que han sido despojadas.
Por último, la presidenta expuso que al conservarse las superficies de cultivos, se garantizan precios justos en los alimentos y mayor competencia.