Durante décadas, la fantasía del vehículo volador plasmado en un modelo evolucionado del transporte del futuro siempre estuvo presente en series televisivas, como en las caricaturas de Los Supersónicos, los viajes en el tiempo de Volver al Futuro con el DeLorean o los vuelos de las naves con cuatro ruedas en los escenarios sombríos de Blade Runner. Sin embargo, los conductores se encontraron con nuevas formas de trasladarse en los centros urbanos, basados en los datos compartidos, los mapas digitales colaborativos y con la tecnología híbrida y eléctrica para llegar a destino en urbes cada vez más grandes, con más habitantes y con trazados congestionados.
En este entorno, ¿tienen los autos voladores su oportunidad para resolver el problema de los conductores en un embotellamiento? De nuevo, en el corto plazo los lanzamientos de vehículos comerciales no vendrán con una función para despegar de forma vertical, salvo algunas excepciones.
Por aire o bajo tierra, las propuestas del transporte del futuro a simple vista pueden parecer familiares con las propuestas actuales como los helicópteros o los subterráneos. Sin embargo, el uso de vehículos eléctricos y nuevas formas de encarar la infraestructura bajo tierra dan pie a novedosos e incipientes proyectos que buscan transformar las conexiones entre los grandes centros urbanos y los suburbios.
De la rareza al prototipo viable
Si el objetivo es comenzar a pensar en un transporte aéreo urbano, las propuestas de autos voladores distan mucho de los diseños futuristas que imaginamos en las películas de ciencia ficción. Una muestra de esto es el AeroMobil 4.0 un modelo que combina las prestaciones de un vehículo urbano con cuatro ruedas junto con un sistema de alas plegables. Por supuesto, para que pueda levantar vuelo este particular automóvil requiere de una pequeña pista para que pueda operar como aeroplano.
Lejos de ser sólo una idea, la compañía eslovaca detrás del AeroMobil 4.0 STOL (las siglas de Short Take-Off and Landing, despegue y aterrizaje cortos) presentó el auto-aeroplano en el Salón de Frankfurt del pasado año. Al margen de lo aparatoso que resulta el vehículo, sus fabricantes anunciaron el desarrollo de una versión prototipo de despegue vertical, una modalidad conocida como VTOL (Vertical Take-Off and Landing, despegue y aterrizaje vertical), una tecnología conocida dentro del sector militar por cazas como el Harrier o el F-35.
La tecnología de despegue vertical es la mayor apuesta que tienen las compañías aeroespaciales y tecnológicas, con bocetos e ideas que apuntan a integrarse con el actual sistema de transporte automotor, de forma tal que esta complementación logre permitir reducir grandes distancias en cuestión de minutos. Estas propuestas implican nuevas regulaciones, que van desde la seguridad y el uso del espacio aéreo hasta la disponibilidad de una tecnología basada en energías renovables y con el menor impacto ambiental, visual y sonoro en entornos urbanos.
Por arriba
Conocido por su servicio de transporte terrestre basado en autos y conductores particulares, Uber es una de las compañías que evalúa diversas propuestas de movilidad que van desde los vehículos autónomos al uso del espacio aéreo con prototipos de despegue vertical.
De esta forma, los viajes aéreos de Uber buscan reducir los tiempos de traslado en vehículos terrestres y bajar los costos de los actuales viajes en helicópteros, caros y con un fuerte impacto ambiental por el ruido y el consumo de combustible. Sin prototipos operativos a escala real, la compañía estadounidense anunció en su conferencia Elevate, que las primeras pruebas comenzarían en 2020, cuando los diversos fabricantes aeroespaciales que participan de este programa anuncien los primeros modelos basados en las especificaciones de Uber.
¿Por qué desarrollar un nuevo modelo de viaje aéreo urbano? Si bien la compañía ofrece viajes en helicópteros en una modalidad conocida como UberCHOPPER disponible en Dubai, ciudad de México y Las Vegas, este servicio tiene sus límites por el costo del viaje y las regulaciones que se aplican en los espacios aéreos de los grandes centros urbanos.
Debido a estas restricciones, la apuesta apunta al desarrollo de un prototipo de vehículo eléctrico de despegue y aterrizaje vertical VTOL, una tecnología que cuenta con la asistencia de diversos actores. Como referencia, el área de desarrollo e investigación del Ejército de los Estados Unidos participará para mejorar la potencia y eficiencia de los rotores que utilizarán estos vehículos aéreos eléctricos, mientras que las compañías privadas como Bell Helicopters, Embraer, Aurora, Pipistrel y Karem aportarían las unidades.
A diferencia de otros fabricantes, Bell Helicopter reveló una cabina prototipo del futuro taxi volador eléctrico, que podrá adaptarse a la tecnología de despegue vertical. En línea con las especificaciones de Uber para su programa Elevate, estos modelos eléctricos de despegue vertical, conocidos como eVTOL, alcanzarán una velocidad crucero de 240 a 320 km/h y tendrán una autonomía de al menos 100 km con una única carga en la batería.
Estos eVTOL deberán contar con una capacidad para cuatro pasajeros y un piloto, y utilizarán un sistema redundante de cuatro rotores y un impulsor localizado en la parte posterior. Según Uber, con esta configuración el vehículo podrá ser más eficiente en consumo de energía y emisión de ruido, comparado con los dos rotores de un helicóptero con motores de combustión.
Con las primeras pruebas previstas dentro de dos años en Los Ángeles y Dallas, el servicio comercial conocido como uberAIR deberá contar con espacios de despegue y aterrizaje a medida en torres y playas de estacionamiento, si desea comenzar a operar con la ambiciosa meta propuesta para 2023. En el mediano plazo, Uber planea que el servicio pueda adoptar una modalidad autónoma, sin necesidad de tener un operador al mando del vehículo aéreo.
Este panorama exige también nuevos desafíos en el uso del espacio aéreo, que cuenta con una estricta regulación de parte de las autoridades gubernamentales. Sobre este punto, Uber desarrolló junto a la NASA los lineamientos para administrar el tránsito aéreo de baja altitud para esta nueva propuesta de transporte por aire, además de trabajar de forma conjunta con la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos para definir los pasos a seguir en el despliegue de este tipo de traslados aéreos en entornos urbanos.
La apuesta de Uber por su servicio aéreo está en reducir al máximo el tiempo de traslado entre los centros urbanos y las áreas metropolitanas con un costo accesible. La compañía estadonidense cree que, de esta forma, sus viajes aéreos de uberAIR con los vehículos eVTOL permitirán completar su oferta de transporte urbanos, que ahora está concentrado en distancias cortas que se cubren con autos, bicicletas o transporte público.
Si las fechas de prueba y lanzamiento del servicio se cumplen con las previsiones de Uber, los viajes en taxis aéreos tendrán un costo superior a un viaje en el servicio en auto en una primera etapa. Un trayecto en Uber entre San Pablo y Campinas en Brasil puede costar unos US$52 con una duración de poco más de dos horas de viaje, pero con uberAIR se podría completar el trayecto en 18 minutos con un costo de unos US$153, que en el mediano plazo se podría reducir a 50 y hasta 24 dólares cuando el sistema esté optimizado.
La iniciativa Uber Elevate sigue una tendencia de la industria tecnológica por conquistar nuevas rutas en los centros urbanos con vehículos aéreos eléctricos. Por un lado está el taxi aéreo Cora desarrollado por Kitty Hawk, la compañía liderada por Larry Page, uno de los cofundadores de Google, mientras que la firma china EHang despegó con sus primeros prototipos de drone aéreo en Dubai. Airbus, a su vez, también impulsa varias propuestas propias como Vahana, una start-up que acaba de realizar su primer vuelo con el modelo eléctrico Alpha One. También cuenta con Pop.Up, un prototipo modular que ofrece un vehículo eléctrico urbano y un sistema volante de cuatro hélices. Presentado en el pasado Salón de Ginebra, este servicio de movilidad urbana busca combinar la industria automotriz y aeroespacial en una plataforma que no requiere de mayores trasbordos, en un tipo de viajes en tres dimensiones, que no esté atado a las carreteras y que pueda aprovechar al máximo el espacio aéreo.
Bajo tierra
Elon Musk, conocido por los vehículos eléctricos de Tesla y los cohetes reutilizables de SpaceX, tampoco quiere quedarse al margen de la movilidad urbana. Tras haber planteado la idea de crear un sistema de transporte de alta velocidad en tubos presurizados y rieles de levitación magnética conocido como Hyperloop, el empresario de los vuelos espaciales también mantiene los pies sobre la tierra con un nuevo proyecto de transporte interurbano. Bajo el nombre de Loop, esta iniciativa está basada en un túnel subterráneo y promete viajes con el precio de un dólar.
Detrás de esta iniciativa está The Boring Company, una de las firmas del empresario sudafricano que ya está trabajando en unos trazados de prueba en Los Angeles. El objetivo inicial de Musk con el túnel subterráneo es conectar el centro de Los Ángeles con el aeropuerto en 10 minutos con un vagón eléctrico con capacidad de 8 a 16 pasajeros, que puede alcanzar una velocidad de hasta 240 km/h. A diferencia del Hyperloop, enfocado en conectar grandes distancias entre centros urbanos mediante un vehículo de altísima velocidad, Musk planea aliviar el tránsito urbano y realizar conexiones más rápidas en las ciudades.
“Comparado con los vehículos aéreos, nadie se tiene que preocupar por el mal tiempo, no es visible, no se producen ruidos molestos en la superficie ni se dividen barrios con una ruta o autopista”, dijo Musk durante su presentación, al diferenciarse de proyectos como Uber Elevate, presentados una semana atrás y que busca resolver el problema de los embotellamientos mediante vehículos aéreos eléctricos de despegue vertical.
De esta forma, Loop busca emular la red de metros de las ciudades con un sistema de túneles de bajo costo en zonas de alta densidad demográfica, además de tener como objetivo unir Nueva York con Washington en menos de 30 minutos.
Sin mayores detalles sobre cuándo estará disponible esta red, la compañía de Elon Musk apunta a bajar los costos de la infraestructura que involucra esta red de túneles, donde cada 1,5 km puede costar tanto como 1000 millones de dólares.
Según Musk, la red Loop deberá tener túneles con diámetros menores a 4,2 metros, además de acelerar la velocidad de las máquinas que se abren paso bajo tierra, según las preguntas y respuestas más frecuentes publicadas en el sitio de The Boring Company.