Sergio Stahl/Ultimátum
Caso Mactumatzá
Conclusión
5.- El hilo siempre se rompe por lo más delgado, señala un dicho popular que aplica a la detención de Conrado “N” como presunto responsable del homicidio ocurrido durante la “novatada” en la NRM. Al director de la NRM le imputan el homicidio del joven José Luis Hernández Espinosa porque es más fácil culparlo a él y detenerlo, que culpar y arrestar a los autores materiales del asesinato, los cuales son los integrantes de auto-gobierno de la NRM, pues fueron ellos los que obligaron a los alumnos de nuevo ingreso a someterse al mentado “curso de inducción”. El director de la NRM es culpable en todo caso de homicidio por omisión de sus funciones directivas, pero los estudiantes que mandan en el plantel son los autores materiales del crimen. En otras palabras, Conrado “N” es solamente un chivo expiatorio.
6.- El silencio que hasta ahora han mantenido los integrantes del auto-gobierno respecto del homicidio en sí mismo, indica que ellos están eludiendo asumir su responsabilidad en el asesinato del joven oriundo de Venustiano Carranza.
Mi opinión: Al eludir su responsabilidad en el crimen, los integrantes del auto-gobierno en la NRM actúan como cobardes. ¿Dónde está pues la conciencia política de esos jóvenes que hasta ahora han mostrado mucho valor y coraje para realizar protestas violentas que subvierten el orden legal y socavan la paz social, en aras de una lucha en pos de la liberación de Conrado “N”?. Si el director de la NRM es una buena persona y es un maestro comprometido con las causas sociales de los normalistas, como dicen los propios estudiantes de la NRM en sus cartas públicas que andan publicando en las Redes Sociales de Internet, entonces el imputado resulta ser inocente del crimen y son los normalistas los verdaderos culpables de la muerte de un joven en el transcurso de la “novatada” de marras. Así las cosas, es hora de que los normalistas dejen de comportarse como bandoleros sociales y asuman su responsabilidad penal en el homicidio de un joven campesino que vino a la capital de Chiapas a estudiar y a labrarse un futuro, pero se topó con la violencia criminal de los normalistas que le segaron la vida en una funesta práctica estudiantil. Conrado “N” sí es responsable de haber solapado durante años esa práctica funesta de la “novatada” y al menos por omisión es culpable del homicidio, pero los verdaderos autores materiales del crimen son los integrantes del auto-gobierno de la NRM. Es patética la situación del director de la NRM y es muy condenable la cobardía de los normalistas y es sumamente repudiable la impunidad de que han gozado hasta ahora. Si los normalistas quieren a Conrado “N” libre, pues entonces que ellos se entreguen a la Justicia y que asuman sus culpas en ese crimen nefando.
En fin.
BALCÓN
Pablo Salazar Mendiguchía no pudo quedarse callado ante el caso de la NRM. Fiel a su costumbre de colgarse medallas al pecho que no vienen al caso mencionar, ahora el ex gobernador de triste memoria sale a decir en la Red Social del Twitter que él sí aplicó la Ley a los estudiantes de la NRM durante su régimen nefasto. Muy orondo, Pablo Salazar Mendiguchía afirma que él acabó con el auto-gobierno en la NRM, pero se olvida de decir que sus medidas represivas provocaron la muerte de un joven normalista durante unas protestas callejeras de los estudiantes de la NRM y también calla respecto de su responsabilidad política en el hecho de que, a partir de sus actos de autoridad represivos, se indujo la radicalización de los normalistas. Fue en el Gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía cuando los normalistas se volvieron extremistas violentos y lo hicieron en respuesta a la represión del déspota oriundo de Soyaló. O sea, Pablo Salazar Mendiguchía está reclamando que le aplaudan su política represiva contra la NRM, como si su autoritarismo y su despotismo hubieran contribuido a pacificar a los normalistas, cuando en realidad la represión tuvo efectos contrarios al sometimiento de los estudiantes de la NRM al orden y la Ley. Pablo Salazar Mendiguchía no merece un aplauso por haber reprimido a la NRM, al contrario, merece una silbatina y una su mentada de madre también…Cerrar la NRM sería la peor medida que podría tomar el Gobierno estatal para lidiar con el problema político de la insurgencia social de los normalistas. A querer o no, la NRM es una alternativa escolar viable para muchísimos jóvenes de origen social humilde que en ese plantel encuentran techo, comida y educación de manera gratuita. No hay que confundir el activismo político de la NRM con un actividad criminal y hay que reconocer que ese plantel sí funciona bien en materia de impartir educación de calidad a jóvenes que tanto necesitan de una carrera profesional para abrirse paso en la vida. Castigo a los culpables del crimen de la “novatada” y larga vida a la NRM… Eso es todo.
EL DARDO
Con meter a la cárcel a Conrado Borraz ni se arregla el problema de las “novatadas” en la NRM ni se castiga a los verdaderos culpables del homicidio del joven José Luis Hernández Espinosa. El director de la NRM es un chivo expiatorio y los autores materiales del crimen siguen tan campantes. Y el problema de las “novatadas” en la NRM sigue y sigue.
vampirostahloficial@gmail.com