Amado Ríos Valdez/Ultimátum
Delegado Federal de la SEMARNAT en Chiapas
Pocos conceptos ecológicos han sido más difundidos hoy en día como el de “cambio climático” o el de uno de sus efectos, el “calentamiento global”, sin embargo, tratándose de un fenómeno mundial, parece que es algo ajeno a cada uno de nosotros y que es un problema de los gobiernos, de los científicos o de los ecologistas. Nada más alejado de la realidad.
El cambio climático es un cambio significativo en el sistema climático del planeta, que puede permanecer por décadas o más tiempo, y el calentamiento global, siendo una de las manifestaciones más evidentes del cambio climático, se refiere al incremento promedio de las temperaturas terrestres y marinas a nivel mundial. Las evidencias de múltiples investigaciones científicas demuestran que en los últimos 40 años el planeta se ha vuelto cada vez más cálido y se han superado todos los registros obtenidos a partir de 1850 (Quinto Informe de evaluación del Panel Integurbernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPCC, 2013). Estas mismas evidencias científicas demuestran que el actual cambio climático planetario tiene su origen en actividades humanas, principalmente los procesos y actividades que queman combustibles fósiles como petróleo, gas y sus derivados, como la gasolina y el diésel, sumado a la deforestación y eliminación de bosques y selvas, así como el desecamiento y eliminación de humedales.
Los efectos del cambio climático son, de acuerdo con el IPCC (Fuente: Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático):
Aumento de la temperatura promedio global de los océanos y la superficie terrestre
Aumento promedio mundial del nivel del mar
Acidificación del mar
Alteración de la abundancia de algas, plancton y peces en los ambientes marinos
Modificación de los patrones naturales de precipitación
Incremento en el número e intensidad de huracanes.
Sequías más prolongadas
Aumento en el número de días y noches cálidas a nivel global
Ondas cálidas más frecuentes y pronunciadas.
Disminución en la disponibilidad de agua para consumo humano, agrícola e hidroeléctrico
Disminución en la productividad agrícola
Disminución de los glaciares a nivel mundial
Pérdida de biodiversidad y cambio en la composición de los ecosistemas
Mayor propensión a incendio forestales
Alteración de los ciclos biológicos y distribución geográfica de la flora y fauna
Alteración de los vectores de enfermedades infecciosas en ciertas áreas
Aumento de la mortalidad a causa del aumento de las temperaturas
Ahora bien ¿esto qué tiene que ver con cada uno de nosotros? En primer lugar que los efectos, siendo globales, nos afectarán de alguna manera. En nuestras latitudes tropicales como las que contamos con la mayoría del territorio mexicano, se pueden estimar mayores periodos de sequía, mayores lluvias torrenciales, un incremento en el número y la intensidad de las tormentas tropicales y huracanes, migración y pérdida de biodiversidad, migración de vectores causantes de diversas enfermedades (mosquitos, bacterias, hongos,etc).
Por otra parte ¿cómo contribuimos cada uno de nosotros a este fenómeno global? Lamentablemente este problema planetario va emparejado con el incremento de nuestro consumo de alimentos, de energía eléctrica, de medios de transporte, de agua potable y de casi todos los productos de consumo básico, pues en su producción se utiliza de alguna forma el combustible fósil en cualquiera de sus presentaciones (gasolina, diésel, petróleo, gas, carbón, etc.) Y este incremento en la producción y consumo va de la mano con el incremento exponencial de la población mundial: a principios de 1800 éramos casi 1 mil millones de habitantes, hoy en día somos casi 7,300 millones de personas en el mismo territorio y no con los mismos recursos naturales sino con menos. Peor aun, estimaciones de la ONU pronostican que la población mundial podría llegar a 9,500 millones de personas en el 2050 y a 10,900 millones en el 2100.
¿Cómo podemos contribuir cada uno de nosotros para mitigar o combatir el cambio climático? En primer lugar está lo que realizan los gobiernos del planeta para combatir este fenómeno mundial (excepto por supuesto el actual gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica). Para ello desde 1992, derivado de la Cumbre de Río de Janeiro sobre el Ambiente, auspiciada por la ONU, se acordó que se realizarían reuniones para acordar acciones internacionales para combatir el cambio climático. Hasta la fecha se han realizado 22 cumbres mundiales sobre este tema. La cumbre de París en el año 2016, adoptó acuerdos muy importantes que fueron ratificados por México, estos fueron:
a) Mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático;
b) Aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y promover la resiliencia al clima y un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, de un modo que no comprometa la producción de alimentos;
c) Elevar las corrientes financieras a un nivel compatible con una trayectoria que conduzca a un desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero.
Aunado a estos acuerdos internacionales, cada uno de nosotros podemos contribuir significativamente con acciones muy sencillas, las acciones locales tienen efectos globales y nunca como hoy podemos constatarlo fehacientemente. Aplica estas diez sencillas acciones, todos somos parte del problema y todos podemos ser parte de la solución:
Utiliza menos el automóvil.
Cambia tus focos de incandescentes a ahorradores.
Apaga las luces cuando no las utilizas.
Utiliza productos de enfriamiento, calentamiento, electrónicos y eléctricos que utilicen la energía de manera eficiente.
En tu consumo aplica las 3 “R”: reducir, reutilizar, reciclar.
Reduce la producción de basura y desechos orgánicos.
Evita usar cosas desechables, platos, vasos, tazas, cubiertos, son todos muy contaminantes y tardan una eternidad en degradarse en el ambiente.
Usa de manera eficiente el agua en el hogar y en tu trabajo.
Utilice el sol para calentar su agua y si es posible instale paneles solares para crear su propia electricidad.
En el trabajo y la casa configura tus equipos para entrar en modo de hibernación después de un periodo sin uso y apaga el equipo y luces al final del día.