Palabras pronunciadas por el señor Librado de la Torre González, en el homenaje con motivo del 105 Aniversario del natalicio del señor, don Abelardo de la Torre Grajales
Sandra Paredes/Ultimátum
tgz
“Señor presidente municipal, Lic. Jorge Humberto Molina Gómez.
Señores funcionarios que nos acompañan.
Señor representante del gobernador de Chiapas, señor Sergio Molina Flores, secretario del Campo
Amigos, señoras y señores.
La vida es un constante caminar.
Y en ese andar, uno va dejando las huellas, esas que ningún viento borra, que ningún río desgasta y que ningún fuego desaparece.
Así va el hombre por la vida, quien al igual que el labrador, se labra a sí mismo.
Hoy, el honorable ayuntamiento de Chiapa de Corzo, ha permitido que en nombre de la familia De la Torre, exprese unas palabras en honor a don Abelardo de la Torre Grajales, quien este 4 de diciembre de 2018, celebra el 105 aniversario de su nacimiento.
Estoy convencido que la grandeza de un ser humano, se conoce con la sencillez de su presencia, la transparencia de sus ideales y la utilidad de cada una de sus obras.
Ahí está la verdadera esencia de los seres humanos. Porque los hombres que en su vida pública están buscando el bien común, es porque en su interior existe la inmensidad en sus raíces.
Es por ello que este acto me llena de emociones y de muchos sentimientos, ya que hablar de Abelardo de la Torre Grajales, el hombre con el que conviví, no es algo fácil, ya que representa encontrar las palabras precisas para describirlo en su totalidad.
Don Abelardo, nació un día como hoy pero en el año de 1913.
Hombre inquieto y de profundas convicciones. Esas fueron las características que lo hicieran que en plena adolescencia ingresara con la plaza de más baja categoría a la Secretaria de Hacienda y lo nombran celador de aduanas en Tuxpan, Veracruz.
Ahí, en pleno año de 1926, inicia la vida laboral del hombre que forma parte de los políticos y líderes sindicales más importantes de México del siglo XX, al ser dirigente moral durante más de 40 años del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Secretaria de Hacienda.
El honrar a su palabra fue algo que lo hizo distinguirse desde siempre, ganándose el reconocimiento del gremio que lo eligió como presidente de la Junta de Vigilancia del Sindicato Nacional de los Trabajadores de Hacienda, y en seguida se convierte en su líder nacional.
Hoy Chiapas le rinde homenaje a un hombre que escribió gran parte de la historia sindical de los trabajadores en México.
Sin embargo, así como la vida nos marca inicios, también nos señala finales, esos que señalan que el camino se ha terminado. Y siempre llegan sin avisar.
Y así fue para Abelardo de la Torre Grajales.
En plena carrera política, en abierta campaña para ser de nuevo Senador de la República, fallece en la ciudad de México el 22 de abril de 1976, a los 63 años de edad.
Se le mencionó varias veces como posible candidato del PRI al gobierno de Chiapas, pero nunca logro tal designación.
Político y líder. Amable pero firme. Servicial y humano. Así se le recuerda con nostalgia en las aduanas del país, en donde hasta hoy, existen trabajadores chiapanecos.
Su muerte fue algo que nos conmovió y nos sigue conmoviendo a todos los que tuvimos la oportunidad no solo de conocerle, sino también de aprenderle.
A mi mente vienen los sucesos que en todo México se realizaron por la muerte del político mexicano, del hombre chiapaneco.
Se suspendieron labores en las oficinas del palacio nacional y se concentraron a todos los líderes sindicales de las aduanas y oficinas federales de la Republica.
Sus restos fueron velados en el auditorio del Sindicato Nacional de Hacienda en Tlatelolco.
Su carroza detuvo el tráfico de la ciudad de México y recorrió el Paseo de la Reforma hasta el panteón Jardín en San Ángel, acompañado de un escuadrón de motociclistas del cuerpo de tránsito.
Soy un eterno convencido que en ningún lugar del mundo se termina la historia. El día que las personas dejen de hacer historia, se habrá jubilado el ser humano.
Y así descansa el legado de Abelardo de la Torre Grajales, un hombre que en vida hizo historia y que hoy es la historia misma quien le rinde un merecido homenaje, en un mundo que necesita nuevamente de valores y de principios, esos que siempre formaron parte de su actuar como persona.
Porque a nadie queda duda que necesitamos de seguir construyendo, pero que se necesita de honor, de integridad, pero sobre todo, que necesita hombres y mujeres con un sentido humano, para hacer de esta una mejor sociedad.
Aquí pues el recuerdo de Abelardo de la Torre Grajales, hombre de pasos duros y mente firme. Que sigue siendo amigo de la sociedad y sin duda un eterno enamorado de este pueblo mágico, su natal Chiapa de Corzo”.
