El presidente del Cruz Azul, Guillermo Billy Álvarez, utilizó diversos mecanismos para desviar los recursos de la cooperativa, incluyendo la venta de jugadores de fútbol con precios inflados, según declaró su propio hermano, José Alfredo Álvarez Cuevas, al ser entrevistado por agentes de la Fiscalía General de la República (FGR).
Conforme al registro escrito de esta entrevista, José Alfredo afirmó que no participó de estos arreglos: “Quiero señalar que varias veces me opuse a que se pagaran esos supuestos servicios (…) Guillermo Héctor Álvarez Cuevas no me escuchaba y decía que todo estaba bien cuando él perfectamente sabía que el esquema era ilegal”.
Como parte del expediente figuran facturas proporcionadas por la tesorera de la cooperativa, María Alejandra “N”, de servicios cobrados a empresas fantasmas, por la compra de bienes o servicios inexistentes, otro de los mecanismos para sacar fondos del Cruz Azul.
El mismo esquema se habría utilizado durante la compra venta de jugadores, durante las épocas en que el equipo de fútbol del mismo nombre fue dirigido por Eduardo de la Torre y Ricardo Peláez, según declaró José Alfredo Álvarez: “todo lo relativo a la compra de diversos jugadores que, en mi apreciación, habían sido adquiridos para prestar sus servicios al equipo a un precio sumamente elevado y que no se justificaba por su rendimiento en otros equipos, edad, logros, etcétera”.
Añadió que estos traspasos fueron negociados por Ignacio López, con la autorización de Billy Álvarez. En el expediente constan los nombres de Orbelin Pineda, Jonathan Rodríguez, Misael Domínguez, y “de un jugador de apellido Sánchez que vino de Leones Negros de Guadalajara de la división de ascenso.”
José Alfredo Álvarez formó parte de la directiva de la cooperativa Cruz Azul hasta el año 2010, cuando fue destituido, y logró mediante una orden judicial volver en 2016, aunque afirmó que desde entonces no ha podido regresar a puestos de decisión dentro de la cooperativa.