Científicos coinciden en que la vacuna contra Covid-19 es la única manera en que la sociedad podrá deshacerse de la propagación del virus, por lo que en la actualidad ya existen más de un centenar de proyectos candidatos para realizarlas, sin embargo, hay gente que desconfía de sus efectos positivos.
De acuerdo a una publicación de “Science Advances”, debe existir un sistema de vigilancia que controle la duración de las defensas contra la nueva enfermedad, pues no todos los tratamientos suministrados por inyección tienen la misma duración.
Ante la urgencia que implica resolver el mal detrás de esta enfermedad, los científicos esperan obtener resultados en un tiempo récord de 18 meses, aunque como consecuencia del ritmo acelerado de la investigación, la seguridad de la vacuna será una preocupación importante entre la población a la hora de aceptarla, señalaron un grupo de investigadoras de la Universidad George Washington, en Estados Unidos.
Con respecto a esta situación, Josep Lobera, sociólogo de la Universidad Autónoma de Madrid, opinó que la desconfianza de la sociedad civil a este tipo de tratamiento significó durante el 2019 una de las mayores amenazas de salud global, según la OMS.
“El espectro de actitudes es muy amplio: va desde el activismo hasta el que no se lo toma seriamente”, en tanto quienes se denominan como “antivacunas”, detalló..
Pese a que los catalogados como “antivacunas” son relativamente pocos, están muy activos en redes sociales, mismos que podrían influir en la opinión de los otros, según un artículo publicado recientemente en la revista “Nature”, en el cual plasmaron los resultados de un mapa de interacciones en Facebook y “muestran cómo los antivacunas están mejor posicionados y tienen mucha más actividad que los grupos favorables a la vacunación”.
En países europeos como es el caso de Francia, dicha problemática ya se hace visible, pues en una encuesta realizada durante finales de marzo e inicios de abril, en la que se cuestionaba a la población respecto a si se vacunaría contra el nuevo coronavirus, una cuarta parte la población no lo haría, resultados que poco impresionaron a los expertos, pues la vacunación había perdido la confianza de la sociedad durante la última década.
“El rechazo a la inmunización fue más pronunciado entre las personas con ingresos más bajos, generalmente más expuestos a enfermedades infecciosas; mujeres jóvenes de entre 18 y 35 años, que juegan un papel crucial con respecto a la vacunación infantil; y personas mayores de 75 años, que probablemente tienen más riesgo de sufrir complicaciones por Covid-19”, comunicó el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
En contraparte, “en el acaloramiento de esta epidemia, el optimismo por una vacuna ha pasado por encima del problema de aquellos que dudan y rechazan la vacunación, como si la fuerza global de la Covid-19 les hubiese cambiado la mentalidad”, advirtió un epidemiólogo y un historiador de la Universidad de Harvard.
Por lo que capitalizar el entusiasmo, conforme a la opinión de las y los investigadores, provocará poner en valor la vacunación como una de las estrategias más exitosas para prevenir enfermedades.
“Se debería capitalizar el entusiasmo público por la vacuna contra la Covid-19 con un plan de distribución de vacunas rápido y bien organizado”, explicaron las tres investigadoras de la Universidad George Washington en pro del desarrollo eficaz de tratamientos en contra del patógeno, pues una vacuna fallida con niveles altos de toxicidad entre la población podría provocar una reacción social negativa con “consecuencias devastadoras”.