Morena, barruntos de su primer gran escisión
Víctor Manuel Cruz Roque/Ultimátum
Lo que por un interés nace, ese mismo interés lo corroe y lo destruye, dice la siempre acertada sabiduría popular. Y esa especie de vaticinio imperativo, en MORENA está a punto de cumplirse. A once años de su nacimiento como movimiento social, ocho como partido político y casi cuatro de estadía en el poder central del país; conformado desde sus inicios con la inclusión y suma de diversas corrientes ideológicas, cacicazgos, feudos sindicales, personajes de disímiles compromisos y pasados nebulosos, y sobre todo asentado en un discurso prometedor de “primero los pobres”, el hoy Movimiento de Regeneración Nacional está en esa ruta. Y la manzana de la discordia es la continuidad y el usufructo del poder.
El azuzamiento alcanzó su punto de ebullición desde el trono imperativo de “La Mañanera”, cuando el 5 de julio de 2021, un eufórico Andrés Manuel López Obrador enunció la lista de sus posibles herederos, azuzando los nombres de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente, Tatiana Clouthier, Esteban Moctezuma y Rocío Nahle.
A estos, en otra similar, días después, arropó al hasta ese momento silente Adán Augusto López Hernández. Se entendió entonces que, el todavía presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Ricardo Monreal Ávila, estaba descartado y decantado.
Las reacciones del ex gobernador zacatecano no se hicieron esperar un día después, y con esa habilidad política que se le reconoce, calificó el plural destape como “acto de sucesión adelantado”, y se dijo muy tranquilo y sereno, llamando a respetar los tiempos. No era el primer episodio de ese menosprecio con tufo de desconfianza hacia Monreal Ávila, pues lo mismo sucedió en octubre del 2017, cuando el entonces dirigente del naciente partido MORENA, o sea López Obrador, lo hizo a un lado para postular a la Jefatura de Gobierno de la ciudad de México a Claudia Sheinbaum en el proceso electoral del 2018, situación que “casi” obligó a Monreal, entonces saliente Jefe Delegacional en la Cuauhtémoc, a aceptar ser postulado por el PRD, PAN y MC, pero reculó tras un acuerdo con AMLO para aceptar la postulación al Senado y desde ahí acceder a la Mesa Directiva de esa Cámara congresista.
Entre encuentros y desencuentros ha transcurrido este tramo de ejercicio gubernamental entre AMLO y Monreal, siendo éste y Muñoz Ledo, los dos correligionarios más críticos de las acciones del lopezobradorismo ya en el gobierno.
EL PUNTO DE QUIEBRE
El domingo 12 de junio se confirmó que Monreal no está calificado por el dedo y el dado amloista, pues no fue invitado al famoso Desayuno de la Unidad efectuado en Toluca, EDOMEX, con las reacciones que ya son conocidas ampliamente. Fue entonces que, en conferencia de prensa, Ricardo Monreal Ávila se declaro como “opositor dentro de su partido”, lo cual se interpreta como ruptura cantada tanto con los agraciados por la bendición como con el que bendice.
Lo visible: Ricardo Monreal ha tejido una serie de alianzas multipartidistas. Lo previsible y esperado por muchos, seguramente sucederá en los próximos días, a menos que…. Es todo gracias. vmcruzroque@hotmail.com