La inconformidad de los habitantes de Chiapa de Corzo se agudizó con la presencia del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, derivado de la molestia que existe entre los habitantes de este lugar que se sienten despojados del exconvento de Santo Domingo, de la casa del Patrón San Sebastián y ahora, de un predio que se pretende expropiar y que antes era el panteón municipal, en pleno centro de la ciudad colonial.
Peña Nieto encabezó un evento con representantes de los 68 pueblos indígenas del país, en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, y mientras él lanzaba un discurso conciliador y relacionado a las acciones que su gobierno impulsa para concretar el desarrollo incluyente de las etnias del país, chiapacorceños se enfrentaban con la policía para defender espacios que consideran propios.
En este municipio se han realizado obras federales, como la restauración el exconvento de Santo Domingo, que era considerado el hogar de religiosas católicas y del que fueron desalojadas para convertir el edificio en un museo, generando la molestia de la iglesia católica y de sus feligreses.
Posteriormente, se restauró la casa del Patrón San Sebastián, que también fue convertida en un museo y que ahora es utilizado para eventos políticos y sociales a cambio de un pago. La propiedad no regresó a la iglesia católica.
Ahora se ha ventilado que el gobierno pretende realizar una nueva obra en terrenos que se ubican frente al exconvento de Santo Domingo y que los chiapacorceños consideran sagrados, por que antes fue el panteón municipal. De tal manera que alentados por la iglesia y el patrón de los parachicos, Guadalupe Rubisel Gómez Nigenda, se envalentonaron y ahora pelean para conservar su territorio.
A pesar del insistente discurso conciliador del presidente Enrique Peña Nieto, que en el evento oficial señaló una y otra vez el respeto que su gobierno tiene por los pueblos, Chiapa de Corzo se alzó sin temor de retar al Gobierno Federal ante lo que consideran un despojo del patrimonio cultural.
Evidentemente, líderes religiosos alentaron esta inconformidad y encabezaron el enfrentamiento preparado desde que se enteraron de la llegada del presidente Enrique Peña Nieto, que de la misma manera que llegó, salió de esa colonial ciudad, sumamente resguardado por elementos policiacos.
Hasta anoche la situación de violencia no se había controlado, y seguramente se postergará ante la detención de civiles y la retención de elementos de seguridad que cumplían con su deber.