Batalla de Comitán, suceso con valor histórico
Rigoberto Nuricumbo Aguilar/Ultimátum
En 1862 se presenta en nuestro país la intervención francesa, invasión que originó en ese mismo año la memorable batalla del 5 de mayo en Puebla. A la postre, cuando llega a Chiapas la noticia de la intromisión de los franceses en México, aquellos grupos de conservadores establecidos en la entidad chiapaneca encontraron en esta coyuntura la oportunidad para rebelarse.
Por consiguiente, el 5 de abril de 1863, Juan Ortega pronuncia el Plan de Yalmús, declaración con la que da inicio la guerra del Imperio en Chiapas (1863-1864). A partir de entonces, diversas poblaciones son atacadas hasta que el 7 de mayo de 1863 la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, en aquel tiempo capital del Estado, es ocupada por los rebeldes liderados por Ortega y el fraile Víctor Antonio Chanona, quien lo secundaba. En consecuencia, los imperialistas se dedicaron por tres días a cometer una serie de atropellos en la Capital hasta que, el 10 de mayo, al enterarse que una brigada de Guardias Nacionales enviada desde Chiapa por don Ángel Albino Corzo iba por ellos, huyen de esa ciudad.
El batallón de Juan Ortega salió de San Cristóbal de Las Casas con dirección a Teopisca, en seguida van a San Bartolmé, lugar en el que están un día, para continuar a Comitán, población a la que llegan el 14 de mayo solicitando la rendición de la plaza, pero al no tener respuesta favorable los fuegos se abrieron. Así pues, en Comitán se suscitó una heroica batalla el 14 y 15 de mayo de 1863. Matías Castellanos y sus valientes defensores lucharon con decisión y coraje, sumado el de las fuerzas auxiliadoras que de San Cristóbal marcharon a Comitán bajo las órdenes del Coronel Isidoro Castellanos. Fueron dos días de intenso combate que terminó con la derrota de los imperialistas, sólo un reducido grupo logro huir a Guatemala donde se refugiaron.
Sin embargo, Juan Ortega volvería a las andadas hasta que él y sus seguidores fueron derrotados totalmente en la batalla del 21 de octubre de 1863 acontecida en Chiapa de Corzo. A continuación, cito el parte militar que da cuenta de la heroica batalla suscitada en Comitán: “Comandancia militar del departamento de Comitán. ¡Viva la Independencia! El día catorce como a las cuatro de la tarde habiendo precedido dos intimaciones de rendición, una en pos de otra, hechas a esta plaza por el faccioso Ortega, que a la sazón se hallaba tomando posiciones con sus tropas para batirla, y a que no quiso dar contestación porque se degradaba el jefe que la defendía, comenzó el combate haciendo fuego por todas direcciones sobre la torre y fortificación, de donde se le contestaba de la misma manera con bastante energía a la vez que se conservaba el mayor orden.
Continuó el combate por todo el resto de la tarde y la noche entera, sin que el enemigo hubiese podido alcanzar ventaja alguna que le hiciese concebir esperanzas de un triunfo. Más en la mañana del día siguiente, habiendo redoblado sus esfuerzos, como a la una del día ocupo la torre, después de haberse dispersado algunos y caídos prisioneros y heridos otros que la sostenían. La ocupación de este punto bastante ventajoso proporcionó al enemigo posiciones más inmediatas a la fortificación, al grado de podernos batir casi a pecho descubierto, como que tuvimos la desgracia de que nos hubiesen matado al que mandaba la fortaleza, que era el jefe político Francisco de Jesús Castellanos. Incidente tan lamentable, al mismo tiempo que vigorizaba al enemigo, comenzaba entre la fortificación a producir en unos desaliento, en otros desesperación y sed de venganza. Yo, que daba a todo esto en secreto, el valor que merecía, que consideraba sus peligrosas consecuencias lo mismo que lo importante que era hacer la defensa a toda costa, revestido de una energía sugerida de las circunstancias, sofocando los sentimientos naturales de mi corazón , dirigí la palabra a los defensores , diciéndoles: ¡amigos! ¡Mi hermano ha muerto; pero eso nada vale ante el sagrado deber que tenemos de sacrificarnos en las aras de la patria! ¡Yo mando esta plaza, obedézcanme, que les aseguro el triunfo! Ellos me contestaron muy bien, y desde ese momento continuamos el combate muy reñido, de una manera desesperada.
Como a las cuatro de la tarde, en medio del más fuerte tiroteo, se me abocaron a la trinchera con una bandera blanca, varias señoritas decentes de esta población, de quienes tenía en ella hijos y parientes, suplicándome con las lágrimas en los ojos y a gritos, que por Dios y todos los Santos rindiésemos la trinchera, porque íbamos a ser víctimas, porque todos los pueblos del Estado estaban pronunciados y era mucha la fuerza que nos batía. Yo conteste con la mayor bravura, que se fuesen inmediatamente antes que les mandase hacer fuego, pues que la trinchera solo la ocuparía el enemigo dejando tendidos a sus defensores.
Allá como a las diez de la noche, hora en que el enemigo hacia su último esfuerzo y se ocupaba también en incendios y saqueo, penetraron a esta población las fuerzas auxiliares con la mayor intrepidez, batiéndolo por doquiera que lo encontraban , metiéndose las guerrillas entre unos y otros fuegos , hasta haber alcanzado su derrota completa en pocos minutos. Quedan en nuestro poder doce muertos que el enemigo ya no pudo recoger , como lo había hecho con otros y los heridos en el resto del día, un sargento centro-americano, y tres soldados prisioneros , dos rifles, diez y siete fusiles con sus fornituras, dos mil balas, siete caballos algunos ensillados, un cajón de parque, tres lanzas y la bandera. Las armas del gobierno han quedado cubiertas de gloria; pero hay que lamentar la pérdida del Jefe Político Ciudadano Francisco de Jesús Castellanos, otros dos ciudadanos más siete heridos, entre los cuales se encuentra gravemente pasado de una pierna D. Cleofás Domínguez. Nada tengo que decir a Ud. del comportamiento de los ciudadanos que bajo mis órdenes hacían la defensa; pues todos se condujeron perfectamente bien, haciéndose cada momento más acreedores a las consideraciones del Gobierno.
Me cabe la satisfacción de poner todo esto en conocimiento de Ud. y de darle la expresiva enhorabuena por el triunfo que han alcanzado las armas del Estado, ofreciéndole a la vez mis respetos y debida consideración. Libertad y Reforma. Comitán, Mayo 17 de 1863.- Matías Castellanos. Ciudadano Jefe de las armas y Gobernador del Estado.- San Cristóbal Las Casas.” (Nuricumbo Aguilar, 2013, págs. 20,21). Finalmente, la batalla de Comitán es un suceso con valor histórico cuya trascendencia conviene que conozcan las generaciones actuales. Y, para recordarla, es necesario se promuevan actividades cívicas en esa ciudad donde hace 159 años se combatió por la Patria.