En busca del poema
José Luis Castro A./Ultimátum
Para escribir este breve poemario titulado “En busca del poema” (80 poemínimos), me sometí a un riguroso, estricto ejercicio literario:
Seleccioné 100 diferentes temas, representados por 100 palabras, sobre la preocupación de escritores y poetas de todos los tiempos, para poetizarlos en su mínima y máxima expresión; sin sacrificar o excluir lo mágico, lo mítico y lo estético del poema.
Tomé en cuenta cada una de las letras del abecedario, mediante una selección de palabras. Las palabras son importantes en la vida de los seres humanos: a través de ellas pensamos, soñamos, sentimos y nos expresamos. A través del lenguaje escrito o hablado nos expresamos. Y quien desee escribir poemas tiene que utilizar el lenguaje literario, el lenguaje escrito para ser leído. Por eso se tiene que ser claro, conciso y elegante.
Traté que los micros poemas fueran conceptuales, compresibles y memorizables. Algunos de ellos de tono humorístico, satírico, melancólico, amoroso, erótico o sarcásticos; escritos de manera sencilla, directa, con algunas gotas de ingenio y de sutil ironía; otros, en forma cifrada o simbólica, por lo que hay que leerlos entre líneas, releerlos o descifrarlos. Así son los poemínimos, estilo de escribir creado por el poeta Efraín Huerta en 1978.
Procuré que los temas fueran representativos de nuestro tiempo y de nuestro espacio. Ejemplos: Alzheimer, Anoréxico ilustrado, Bulímico intelectual, Equidad de género, Política a la mexicana, Tiempos inéditos, USB flash memory, entre otros.
Entablé un diálogo abierto con las palabras. Fruto de ese diálogo-monólogo fueron los nuevos significados semánticos y la posibilidad (subjetiva y objetiva) infinita de crecimiento de las 80 palabras seleccionadas. Esta es “La vieja novedad de las palabras”, como dijera en 1985 el poeta chiapaneco Enoch Cancino Casahonda.
Intenté intelectualizar algunas palabras utilizadas en la vida cotidiana, de cierta gente, para incorporarlos al lenguaje poético. He aquí unos ejemplos: Bibliófago, Fenómeno poético, Hombre de maíz, Hombre nocturno, Hominianos, Jarabe de pico, Naco, Ñoño, Pajarracos, Pielecita, Rabo verde, Vate mimético, W.C, entre otros.
Por último, en estos micros poemas, di voz propia a las palabras para descubrir la poesía en las propias palabras. Por medio de estos poemínimos deseo fomentar la lectura (tanto en silencio como en voz alta) y con ello formar nuevos lectores; lectores de poesía, particularmente entre niños y jóvenes.
Por otra parte, con la publicación del libro “En busca del poema”, intento despertar el interés por la escritura de poemínimos entre los poetas chiapanecos. Es por ello que solicité a la maestra Elva Macías, la poeta mayor de Chiapas, leyera mis textos y me diera sus puntos de vista. Gracias a sus comentarios y sugerencias me atreví a publicar 80 poemínimos, como un ejercicio para mejorar mi forma de expresión y comunicación entre los lectores. Estos 80 poemínimos son el hallazgo metafórico de mi constante búsqueda del poema en temas y palabras de hoy y de siempre, que tienen como objetivo primario que los lectores se diviertan, se emocionen o reflexionen sobre la temática tratada. Los otros 20 micropoemas, posteriormente los daré a conocer.
Sobre la calidad literaria de los poemas aquí publicados (música, estética y contenido), lo dejo a criterio de los lectores: que ellos juzguen y califiquen con los criterios universales: “me gusta” o “no me gusta”. Bienvenida la crítica y los comentarios.
Finalmente, deseo agradecer al maestro y escritor Marco Antonio Orozco Zuarth el haberme animado a publicar este poemario de bolsillo y haber escrito el prologuito como él le llama; así como a los poetas Eliseo Mellanes Castellanos, Blanca Margarita López Alegría y Socorro Carranco Estrada, por la presentación de este breve poemario. Así como a la Lic. María Enriqueta Fernández Fernández, directora de la Casa de la Cultura de Tuxtla Gutiérrez; y a la Lic. Alondra Ordóñez, por su apoyo en la difusión. Comentario leído en la presentación de mi libro “En busca del poema”, en la Casa de la Cultura Luis Alaminos Guerrero, el 12 de julio del 2007.