Alfonso Reyes, no lee la cartilla
Enriqueta Burelo/Ultimátum
La publicación de la Cartilla Moral ha ocasionado fuertes voces en pro y en contra, las en pro defienden la posición del Presidente Andrés López Obrador por presentar un instrumento que guie la reflexión hacia los valores morales, en un país sumido en el caos de la violencia, así como de la ausencia de cultura cívica, que se debe formar desde el parvulario, creo que mi generación fue la última en los años sesenta que contó con un texto y clases de civismo, por otro lado quienes manifestamos recelo por el reparto de este documento, consideramos que ante los acelerados cambios sociales que vive el país y el mundo, pudo elaborarse otro documento que tuviera el propósito de provocar la reflexión hacia la ética, hacia los principios morales, acorde con la época.
Por supuesto salieron a relucir los comentarios, algunos con mucho ingenio como el de Sabina Berman, quien señala con mucha ironía; La CARTILLA MORAL es para mejorar el alma de los HOMBRES, según ahí se anota.
Las mujeres podemos seguir sin esa cosa ficticia llamada alma haciendo nuestra mejor voluntad.
Nuestra posición frente a la Cartilla, no significa negar que es un texto bien escrito producto de una pluma que creo magníficos ensayos, sino, que la posición de Alfonso Reyes no es precisamente de izquierda, y que por otro lado no nos convence que el reparto se haga a través de una agrupación religiosa, lo que pone en duda al estado laico, ya bastante golpeado.
Breves datos históricos de Alfonso Reyes
Alfonso Reyes es un intelectual que se formó con un pie en el Porfiriato y otro en el México surgido a raíz de la revolución mexicana, y al que le debió costar acomodarse en el nuevo régimen ya que su padre don Bernado Reyes, Secretario de Guerra de Porfirio Díaz fue una de las victimas la Decena Trágica,
Exiliado durante buena parte de su juventud en España, es rescatado por el gobierno de México al cual llegan noticias de sus méritos intelectuales, y al asumir el poder Manuel Ávila Camacho ya era ensayista de prestigio, y escribía muchos textos por encargo de publicaciones o de funcionarios públicos, en este contexto surge la invitación a escribir la Cartilla Moral, a petición de Torres Bodet, Secretario de Educación Pública, exalumno de Reyes, pero con quien nunca tuvo la mejor de las relaciones, era escribir un texto formativo en el mismo sentido y exactamente con la misma intención con la que todavía hoy se dan clases de Formación Cívica y Ética en las escuelas
El 21 de agosto de 1944 el presidente Manuel Ávila Camacho promulgó la Ley de Emergencia por medio de la cual se estableció la Campaña Nacional contra el Analfabetismo ante las cifras alarmantes que mostraban que la mitad de la población no sabía leer y escribir, entonces se procede a la elaboración de una cartilla para alfabetizar que iría acompañada de la cartilla moral, sin embargo, esto nunca sucedió, debido a que Torres Bodet no aprobó el documento final que le pareció frio, aunque otros señalan que la Cartilla moral no se publicó porque se le consideró un texto conservador y aun religioso, no acorde con la laicidad del Estado mexicano.Reyes publicará la Cartilla moral por su cuenta ocho años después, en 1952, en el tiraje limitado de la serie que él mismo editó del “Archivo de Alfonso Reyes”.
La historia continua
En 1959, Rosario Castellanos se apersonó en la Capilla Alfonsina en nombre del Instituto Nacional Indigenista para pedir permiso de publicar una edición destinada a las escuelas rurales, ella colaboraba con el periodista e historiador Gastón García Cantú, entonces subdirector de publicaciones del Instituto Nacional Indigenista, Reyes retocó la Cartilla moral para una edición de amplio tiraje. El propio García Cantú cuenta que cuando le fue a entregar la edición a Reyes, lo acompañaba Torres Bodet, ahora nuevamente secretario de Educación Pública,
Carlos Salinas de Gortari y la Cartilla Moral
En 1992 se le propuso nuevamente el proyecto a Ernesto Zedillo, entonces secretario de Educación Pública, quien gustoso aceptó, y la SEP imprimió en septiembre 700 mil ejemplares modestos, que, sin embargo, fueron retirados de la circulación por las presiones del poderoso sindicato, enfrentado al secretario, en el contexto de la gran pamba nacional que recibieron los libros de texto gratuitos de Historia de primaria. El sindicato consideró “anticuada” la Cartilla moral, pese a que la “Presentación” anónima destaca que la Cartilla moral, “no es ciertamente, un escrito moderno o de actualidad, pero tiene, en cambio, una gravedad rotunda que añade al valor de la exposición ética la ilustración histórica…
Finalmente
Algunos periodistas señalan que como el caso de Aura que fue prohibida en una escuela de la ciudad de México, y con ello las ventas de la novela y la fama de Carlos Fuentes subió por las nubes, que sucederá lo mismo con Alfonso Reyes y la Cartilla Moral, en mi caso no censuro a Alfonso Reyes, si prohíbo su lectura, lo que si considero que se debió diseñar una cartilla acorde a los grandes avances en materia de derechos humanos, en materia de género, de diversidad y que debió distribuirse por otros canales más idóneos, se tenía que decir y se dijo.