Héctor Estrada/Ultimátum
Tgz
Considerado uno de los 10 de México con mayor la incidencia nacional, en lo que va del año Chiapas ha documentado 36 casos de asesinatos a mujeres con características de crímenes de odio (mejor conocidos como feminicidios), significando un promedio de al menos cuatro casos al mes durante el 2017.
De acuerdo a reportes emitidos por organizaciones civiles como Iniciativas Feministas, durante los últimos años la entidad chiapaneca ha presentado un preocupante incremento en casos de violencia física contra mujeres, teniendo su mayor muestra en el número de feminicidios registrados.
Panorama internacional
En América Latina los feminicidios quedan prácticamente sin castigo. Son actos criminales alcanzan 98% de impunidad. Así lo señaló recientemente la directora de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, la brasileña Luisa Carvalho.
Durante una entrevista a medios internacionales, en el contexto de violencia que vive la región, Carvalho aseguró que “no resulta sorprendente” que de los 25 países del mundo con las tasas más altas de feminicidio, 14 están en América Latina y el Caribe.
“El Salvador, Honduras y Guatemala, tres países vecinos, presentan algunas de las tasas de feminicidios más altas del planeta”, señala el estudio de la ONU Mujeres, “Prevenir los Conflictos, Transformar la Justicia, Garantizar la Paz”.
Añadió que el número de niñas menores de 18 años no acompañadas atrapadas en la frontera entre Estados Unidos y México aumentó 77% en 2014.
Según Amnistía Internacional, la violencia contra las mujeres y las niñas es un problema global, la violación a los derechos humanos más extendida y arraigada en casi todas las sociedades contemporáneas.
México ha suscrito más de 50 tratados internacionales en materia de respeto a los derechos humanos de las mujeres y las niñas, sin embargo, según datos del INEGI, el 40% de las mujeres en México han sufrido algún episodio de violencia a lo largo de sus vidas.
El 47.1% sufren violencia de su pareja o expareja; 31.8% sufren violencia económica, 43.2% son víctima de violencia comunitaria; y 38.3% fueron víctimas de abuso sexual, 22.6% de las mujeres enfrentó violencia en su trabajo, y de ellas, 91.3% han sido víctimas de discriminación y 19.3% de acoso.
La alerta en Chiapas
Chiapas no es la excepción, las cifras son igual de preocupantes que las nacionales: el 95.2% de mujeres refirió haber sufrido algún tipo de intimidación o violencia; de éstas, el 24.8% reportó haber sufrido abuso sexual.
En este sentido, Martha Figueroa Mier, Grupo de Mujeres de San Cristóbal de las Casas-Colectivo de Encuentro entre Mujeres (Colem), señaló que la violencia contra la mujer es una práctica que se solapa, muchas veces no sólo por la sociedad, sino por las mismas autoridades quienes a través del poco interés y ninguna perspectiva de género contribuyen a la impunidad que rodea a los casos de violencia contras las mujeres.
“Ha quedado claro que este problema no se solucionará con más leyes, sino aplicando las que ya están y educando a las nuevas generaciones bajo otro paradigma, ya que lo que hace tan difícil enfrentar este problema es la naturalización de este clima de violencia contra las mujeres”, apuntó.
De acuerdo a cifras oficiales, el 95.2 por ciento de las mujeres en la entidad ha referido haber sufrido algún tipo de intimidación o violencia. De ese porcentaje, el 24.8 por ciento incluso ha sido ya víctimas de abuso sexual.
Los números hablan por sí solos. En la entidad los feminicidios, como la muestra cúspide del odio y violencia de género contra las mujeres, presentan cifras alarmantes. Entre el 3 de enero al 13 de julio, han ocurrido 63 muertes violentas de mujeres. 27 han sido feminicidios, 17 no han podido tipificarse, nueve están en investigación como posibles feminicidios, cuatro han quedado como suicidios y seis accidentes automovilísticos.
Según el organismo, los hechos de violencia han ocurrido en Tapachula, Tuxtla Gutiérrez, Comitán, Pijijiapan, Escuintla, San Cristóbal, Chiapa de Corzo, Acala, Chicomuselo, Oxchuc, Jaltenango, San Andrés Larráinzar, La Concordia, Ocozocoautla, Suchiate, Villacorzo, Frontera Comalapa, Sabanilla, Villaflores, Tonalá, San Juan Chamula, Pantelhó y Chenalhó.
De los 63 casos de muertes violentas contra las mujeres hay cuatro extranjeras, tres de Guatemala, dos de ellas que su homicidio está tipificado como feminicidio y uno como posible feminicidio, mientras que una fémina de El Salvador está clasificado como feminicidio.
Según la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia de los Estados Unidos Mexicanos (Conatrib), el 30 por ciento de las mujeres que mueren violentamente fallecen dentro de su casa; el 89 por ciento de las mujeres casadas o unidas violentadas por su pareja han sufrido violencia emocional; el 56 por ciento, violencia económica; el 25 por ciento, violencia física, y el 11 por ciento, violencia sexual.
Alertó que las investigaciones y procesos abiertos por violencia contra las mujeres, y en particular las relativas a muertes violentas, suelen contener irregularidades basadas en prejuicios, estereotipos y prácticas que llevan a cabo los operadores judiciales, lo que impide el ejercicio de los derechos humanos de las féminas, como los relativos a la justicia y a la reparación del daño.
Lo alarmante de las cifras es que, según la Procuraduría General de Justicia de Chiapas (PGJE), en más del 70 por ciento de los casos denunciados, el verdugo termina siendo liberado por la propia víctima, quien por distintas razones desiste a la demanda y retira los cargos. En algunos casos se convierte en una decisión fatal.
Como muestra de este índice, de las casi mil agresiones semestrales registradas mediante denuncias en los juzgados de Chiapas, sólo el cinco por ciento reciben respuestas favorables para la víctima o sentencias condenatorias; en su gran mayoría debido a la interrupción de la denuncia o la declinación de la misma.
Y no es para menos. Entre 2015 y 2017 las denuncias por delitos sexuales –violación abuso y hostigamiento sexual, pederastia, pornografía infantil, entre otros, tuvieron un crecimiento del 12%. La violencia sexual en México se agudizó durante los primeros seis meses de este año.
Estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) indican que durante el primer semestre de 2017 se denunciaron en el país 16,631 delitos sexuales, de los cuales 6,444 fueron casos de violación. La cifra indica que se presentaron 92.4 denuncias por delitos sexuales cada día, lo que representa un caso cada 16 minutos en promedio. Si solo miramos la violación el reporte promedio es de 35.8 casos, un promedio de una denuncia cada 40 minutos.
Estos datos solo reflejan una parte de la magnitud del problema, puesto que se estima que la cifra negra en los delitos sexuales, es decir los casos que no se denuncian o se denuncian pero no se registran, ronda 94.1%, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que retoma la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) como antecedentes fehacientes de los crímenes de odio por género.
Los feminicidios en Chiapas son una problemática que debe enfrentarse de raíz, en la estructura social, en las escuelas y en la familia. Es un tema que debe ser atendido por las autoridades educativas y las responsables de los programas de desarrollo social, a fin de evitar que –como hoy sucede- termine siendo menester judicial.
Es un asunto más complejo de lo que parece. Es en tema de violencia misma que deberá ser atacado de fondo, en la familia, en las escuelas y mediante políticas públicas efectivas de permitan formar hombres menos violentos y mujeres que se valoren más así mismas.