Empresarios de Tapachula manifestaron su temor de que la guerra del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en contra de pandilleros de la Mara Salvatrucha 13 y el Barrio 18, haya generado el “efecto cucaracha” al promover la migración de delincuentes hacia la frontera sur de México. Bukele implantó un “Estado de excepción” desde el 20 de marzo que se ampliado hasta la fecha, para ganar “la guerra contra las pandillas”. La autoridades salvadoreñas dicen haber capturado a 36 mil 277 presuntos pandilleros y los jueces han decretado detención provisional para 25 mil 855 personas acusadas de delitos como homicidio, extorsión, posesión de armas, agrupación ilícita o de colaborar con las pandillas.
Al respecto, el presidente de la Asociación de Comerciantes Establecidos y Propietarios de Inmuebles de Tapachula (Acepitap), José Elmer Aquiahuatl Herrera, declaró recientemente que el mayor temor para los sectores empresariales es que se genere la llegada de peligrosos delincuentes que huyen de las redadas que se realizan en ese país centroamericano, ya que en Tapachula existen antecedentes de la presencia de estos pandilleros que han asolado a la población durante años. “Es muy peligrosa esta situación porque recordemos que la frontera con Guatemala es de las más porosas del mundo, hay poca vigilancia y quien quiera puede ingresar al país sin ningún tipo de restricción por los pasos de extravío”, advirtió el empresario, quien hizo un llamado a las autoridades mexicanas para que de manera preventiva se actúe antes de que se registre una invasión de pandilleros en Tapachula y toda la frontera sur. En este sentido, Gustavo Villatoro, ministro de Justicia y Seguridad de El Salvador, admitió que muchos jefes de los Maras han huido hacia México y desde acá mantienen su control de las pandillas.
El funcionario no informó cuándo huyeron estos líderes pandilleros y, al parecer no se han difundido públicamente sus identidades. Sin embargo, explicó que la banda es liderada por 15 miembros, que equivale al número de letras con que se escribe Mara Salvatrucha, de los cuales siete ya están tras las rejas.
Al directorio de 15 miembros de la pandilla se le conoce como “Ranfla Nacional” y, según explicó Villatoro, esta tiene 31 sub jefaturas en todo el país, que tienen bajo su mando a 434 “clicas” (células), cada una con un cabecilla llamado “palabrero”. La mitad de este directorio, según las autoridades salvadoreñas, están en México, pero hasta el momento, la Fiscalía General del Estado de Chiapas (FGE) nada ha señalado al respecto.
En todo caso, las recientes detenciones de pandilleros en Tapachula se refieren a delitos menores, como el último reporte de la FGE, el 19 de junio indicó que habían detenido habían sido detenidos César Ernesto “N” y Héctor Alfredo “N”, ambos de nacionalidad salvadoreña y con tatuajes alusivos a la pandilla MS-13, “en posesión de siete y ocho envoltorios con hierba verde, al parecer marihuana”.
En intercambio de información con el Centro Antipandillas Trasnacional de El Salvador, arrojó que César Ernesto alias el “A” tiene antecedentes de los delitos de homicidio, extorsión y organizaciones terroristas, mientras que Héctor Alfredo “N”, alias el “Crosti” tiene antecedentes de detención por portación ilegal de arma de fuego. Mientras tanto, Bukele presentó un informe al comenzar el mes de junio donde afirmó que está a punto de ganarle la guerra a las pandillas, a las que responsabiliza de la mayoría de los crímenes que se cometen en el país, y arremetió contra sus opositores y las organizaciones internacionales que han denunciado graves violaciones a los derechos humanos.
El régimen de excepción fue aprobado por el Congreso de El Salvador a petición del presidente Bukele después de que se registraron 62 homicidios el 26 de marzo, un nivel de criminalidad que no se había visto en años en esta nación centroamericana. Así se ha extendido en sucesivas prórrogas hasta el 24 de junio y recientemente, la Asamblea Legislativa de ese país aprobó una tercera extensión del régimen de excepción por 30 días más. RDM
