- Impresionante crecimiento de Morena en tan solo 3.5 años
* PRI, casi borrado del mapa político: se queda con dos entidades
Alejandro Moguel/Ultimátum
Hay que ser honestos. Los números son infalibles. Morena ganó cuatro de seis y la oposición perdió cuatro de seis. Entonces, ¿Quién ganó y quién perdió, realmente, en las elecciones para renovar gubernaturas en seis entidades de México? Morena y sus aliados ya gobernarán 22 estados de 32, 20 solo y dos con sus aliados. Interpreten ustedes mismos a esas cifras, estimados lectores. Aunque las matemáticas son exactas, la gente sigue dudando respecto de quienes ganaron y quienes realmente perdieron en la jornada electoral del domingo pasado. ¿Por qué la duda? Porque todos mienten. Morena dice que hubo muchas irregularidades y actos de intimidación en Aguascalientes y Durango, y que por eso perdió esos estados.
Los opositores festejan con fanfarrias que ¡ganaron dos de seis! No es para que se flagelen con látigos las espaldas, pero tampoco es para echar cohetes y triquis. Alejandro Moreno Cárdenas del PRI, Marko Cortés del PAN y Jesús Zambrano del PRD lanzaron un sueño guajiro: que en 2024, su alianza va a ganar las presidenciales.
En Palacio Nacional se han de haber reído a carcajadas, porque Morena en está en presidencia de la República, tiene mayoría simple en la cámara de diputados y en la de senadores, y estará gobernando en casi el 70% de las entidades federativas, en donde vive algo así como 70 millones de mexicanos. Con esa realidad, ganarle a Morena en 2024 va a estar en chino.
BOCANADA DE OXÍGENO
De acuerdo con los resultados electorales preliminares, que ya no van a variar sustancialmente, el partido guinda avanzó cuatro escaños en la competencia de seis. ¿Por qué entonces muchas personas dicen que la oposición, formada por el PAN, PRI y PRD, también ganó, a pesar de que solo obtuvo dos canastas de seis? Pues, porque todo mundo los veía derrotados, en el suelo y casi extinguidos. Desde esa perspectiva, ese bloque ha obtenido una buena carga de oxígeno para que arme sus estrategias con miras a las presidenciales de 2024.
SOLO LE QUEDAN DOS
Otra realidad: el tricolor gobierna actualmente cuatro entidades federativas: Oaxaca con Alejandro Murat, Hidalgo con Omar Fayad, Coahuila con Miguel Ángel Riquelme y el Estado de México con Alfredo del Mazo, pero este lunes se amaneció con que solamente le quedan dos: Edomex y Coahuila. Quienes han estado observando al presidente López Obrador han de tener claro que él irá por ellos en el 2023. Coahuila parece fácil. El Estado de México no tanto, porque Alfredo del Mazo se ha mostrado bastante complaciente con la cuatrote y con el mandatario nacional, pero muchos dicen que esa es pura pantalla.
Si el PRI, del Mazo y la nomenclatura priista, que todavía anda por ahí escondida, deciden pertrecharse, van a retener esa entidad, la cual posee el mayor listado nominal que el resto de las 31 entidades. De lo contrario y si del Mazo entregó la plaza, como ya lo han hecho otros de sus correligionarios, el PRI quedaría borrado del mapa político mexicano, con posibilidades nulas de sobrevivencia. Otro dato: el domingo pasado, el tricolor perdió uno de sus dos principales baluartes: Hidalgo.
El PRI ha gobernado ahí durante 93 años consecutivos. Morena acabó el domingo con una hegemonía de casi un siglo de la historia política de México. Recordemos que ese partido fue creado por Plutarco Elías Calles en 1929, su nomenclatura sufrió dos transformaciones en ese mismo siglo, durante todo el siglo XX fue el instituto político único que llegó a controlar todas las gubernaturas de México, hasta que en 1989, cuando el entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari realizo una concertación con el PAN logró ganar Baja California, primera gubernatura de la oposición en toda su historia institucional.
Esa concertación, se le llamó “concertacesión” durante mucho tiempo porque fue un triunfo pactado con el entonces presidente Salinas de Gortari. Es decir, si Salinas no hubiera querido, ese triunfo no hubiera ocurrido.
OTRA REFLEXIÓN
Hay que estar conscientes que tal y como está hoy polarizada y dividida la sociedad mexicana, las cosas van a ser vistas de acuerdo con el cristal con que se miren. Los cuatroteístas festejan con euforia el triunfo en cuatro entidades de seis, y los opositores están destacando que todavía no se les puede dar por muertos. Morena ganó cuatro entidades y, en varias de ellas, por arrolladora mayoría. La oposición obtuvo el triunfo en dos con menos diferencias entre el primero y el segundo lugar, pero al fin triunfos con todas las adversidades que se le presentaron.
Los matices son también importantes. El partido guinda no obtuvo seis de seis. No se llevó carro completo, como le hubiera gustado al presidente, Andrés Manuel López Obrador y como se habían jactado, en actitud altiva, los principales protagonistas del partido oficial. Pero, tampoco la oposición ganó tres de seis como habían vaticinado algunos de sus representantes.
Es incuestionable que Morena ha ganado terreno porque ahora, junto con sus aliados, va a gobernar a 21 entidades federativas. De 17 que tenía, ahora serán 21, lo cual sí es un avance significativo. Ahora, Morena y la estructura oficial del Gobierno Federal controlarán la dos terceras partes del territorio nacional y tendrán la posibilidad de maniobrar a favor de su candidato o candidata a la presidencia de la República en 2024.
La oposición hizo su llucha, porque a pesar de tener todo el aparato oficial en su contra, recursos públicos limitados y una imagen pública muy deteriorada, lograron conservar dos entidades, el azul en Aguascalientes y el rojo en Durango.
Esa oposición gana también porque esos dos triunfos revelan que sus siglas siguen vivas. Haber perdido esas dos elecciones hubiera significado una descomunal derrota porque este lunes se hubiera interpretado que su destino sería desaparecer. Pero no. Eso les ha proporcionado oxígeno. alexmoguels@hotmail.com
