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Mujer en silla de ruedas rompe tabúes del sexo

Laura Gehlhaar ha demostrado que estar en silla de ruedas, no le impide vivir…

Tener una discapacidad física hace creer que no se puede tener una vida plena en todos los aspectos, sobre todo la sexualidad; sin embargo, esto no siempre es así.

Ejemplo de ello es Laura Gehlhaar, quien a través de la aplicación Tinder, ha demostrado que pese a estar en silla de ruedas, puede ser como cualquier otra mujer que sale con chicos y con quien puede tener una relación amorosa.

“Veía a dos o tres hombres por semana, vi, de veras, a muchos hombres”, dijo la joven escritora de 34 años originaria de Düsseldorf , Alemania.

Gehlhaal comenzó a utilizar silla de ruedas a los 22 años por una enfermedad muscular que le impedía estar de pie, pues sus piernas dejaron de aguantar su peso y la musculatura de su espalda se debilitó.

Gracias a la aplicación, conoció a mucha gente buena y a su actual pareja, con quien ya lleva dos años. Rara vez tuvo malas experiencias.

“La gente que me respondía en Tinder lo hacía porque imagino que les causaría un efecto positivo, porque en mi perfil yo tenía una imagen en la que se me veía en silla de ruedas, seguramente había muchos que no me decían nada porque no querrían discapacidad en sus vidas”, dice.

Por una sexualidad plena

Laura confiesa que cuando comenzó a usar Tinder tenía miedo de que muchos de los hombres interesados en ella, podrían convertirse en una completa decepción.

“Me llevó poco tiempo y un poco más de citas con hombres encontrar el camino correcto en la jungla de las citas. En un momento dado, dejé de dejarme seleccionar por chicos que sólo me verían como un medio para acceder a una experiencia sexual exótica”, dice..

En su blog, titulado Frau Gehlhaar -“Señora Gehlhaar”- y en su libro titulado, Kann man da noch was machen? (¿Se puede ahí todavía hacer algo?) menciona que su condición no le impide tener sexo y ese es un tabú que busca eliminar.

“Me han preguntado mucho si puedo tener relaciones sexuales. Yo veo que la sexualidad es una parte de mi vida, ¿Por qué negar esa parte por el mero hecho de estar discapacitada? Hacer eso es una tontería. Soy una persona y, como cualquier otra, tengo necesidades sexuales, las mismas que cualquier persona que tenga hormonas”, resalta.

“¿Puedes tener sexo?”

Laura revela que en más de una ocasión, ha sido cuestionada sobre si puede tener sexo, algo que en ocasiones responde con el mejor humor.

“Suelo bajar de la silla, aunque no siempre”, bromea.

El tabú al que se enfrenta en tan grande que incluso lo ha visto en especialistas de salud como una ginecóloga quien en una ocasión, asombrada le cuestionó sí estaba en condiciones de tener relaciones sexuales, ya que estaba tomando anticonceptivos.

“Reí muy alto por fuera y lloré por dentro”, dice.

En su libro, también narra el episodio que tuvo con un chico con el que salió y con quien terminó pasando la noche.

Estaban ambos en la cama cuando él preguntó, “¿Y ahora qué hacemos?”. Ella de una forma amable y entre risas, le respondió  “¿No me digas que es tu primera vez?”,  “Simplemente tómame”.

El sexo con discapacidad no es diferente

La joven resalta que estar en una silla de ruedas, no significa que el sexo deba desplazarse o que deba ser diferente.

“La gran ‘novedad’ es que el sexo con discapacidad es lo mismo que sin discapacidad. Consiste en eso, tener sexo, llegar al orgasmo y entonces uno ya tiene lo que buscaba, ya puede uno irse a su casa o darse la vuelta y dormir”, dice.

En múltiples países se Europa, se ha propuesto la asistencia sexual para personas con discapacidad, en donde se destina “apoyo financiero de los ayuntamientos para la asistencia sexual para aquellas personas que lo necesitaran”, en este caso las personas con discapacidad.

Esto ha generado grandes debates, indignación y críticas porque se percibe como “sexo con recetas”, además d que transmite el mensaje de que sin eso, no se puede tener una sexualidad plena.

Sin embargo, Laura nunca ha recurrido a eso y ni siquiera había escuchado el término.

“No puedo decir mucho del hecho de tener una discapacidad que impida vivir la sexualidad de modo independiente”, indica.

El mensaje de Laura ha sido ampliamente aplaudido, ya que además de resaltar que se puede tener una vida sexual normal con discapacidad, también se cuenta con inteligencia emocional, se puede hablar, explicarse y ser como cualquier otra persona.

“No existe un buen sexo único, cada uno tiene que saber lo que le gusta y lo que le parece bien, pero antes uno tiene que descubrirlo”, concluye.

(Con información de El Español)

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