El Senado de la República ha aprobado, por la vía del fast track y con el respaldo mayoritario de Morena y sus aliados, la reforma conocida como “supremacía constitucional.” Esta medida impide a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a otros organismos del Poder Judicial de la Federación aceptar o resolver cualquier acción de inconstitucionalidad, controversia o amparo relacionado con reformas o adiciones a la Constitución, lo que otorga un poder absoluto al Congreso.
Durante una extensa jornada con tres sesiones en el Senado, los senadores oficialistas lograron aprobar esta reforma en un tiempo récord tras su presentación el pasado martes. Así, se eleva a rango constitucional la improcedencia del amparo contra cambios a la Carta Magna, buscando prevenir que las reformas queden estancadas debido a controversias o acciones legales ante el Poder Judicial.
Se incorporó un quinto párrafo al Artículo 105 y se reformó el primer párrafo de la fracción II del Artículo 107 constitucional.
Enrique Inzunza, presidente de la Comisión de Estudios Legislativos, explicó que la reforma tiene como objetivo dejar claro que el poder para reformar la Constitución, representando la soberanía nacional, reside en el pueblo y no puede ser cuestionado por ningún mecanismo de control. Inzunza agregó que se busca formalizar lo que la Corte ya había determinado como criterio jurisprudencial en 2022: que no existe medio de control jurisdiccional que proceda en contra del poder reformador.
Por otro lado, Lily Téllez, senadora del PAN, presentó una moción suspensiva que fue rechazada por la mayoría oficialista. Téllez instó a los ciudadanos a estar atentos ante lo que considera la destrucción del país por parte de Morena.
Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, se pronunció sobre la aprobación, afirmando que el día anterior pudo ser “el más triste para la República”, ya que las reformas propuestas no solo desmantelan el sistema judicial, sino que también socavan las instituciones del país.