El legislador chiapaneco ha insistido en que la recaudación por este concepto se destine en su totalidad a programas de prevención de obesidad y diabetes
El senador Zoé Robledo exigió claridad en el uso que se le ha dado a los recursos obtenidos por el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios a bebidas azucaradas implementado desde 2014.
El legislador del PRD recordó que el impuesto de un peso por litro de refresco se implementó con el objetivo de desincentivar el consumo de este producto y eventualmente combatir la diabetes y la obesidad a nivel nacional.
Destacó que esta medida fiscal adoptada por México fue reconocida ampliamente en el mundo e incluso la Organización Mundial de la Salud la incluyó entre sus recomendaciones como una de las medidas efectivas para disminuir el consumo de bebidas azucaradas.
Zoé Robledo resaltó que en 2014 se recaudaron 18 mil millones de pesos por este impuesto, cuando la proyección de la Secretaría de Hacienda era recaudar 12 mil; en 2015 se recaudaron 15 mil millones de pesos; y para 2016 el cálculo es que se recauden 17 mil.
Además detalló que diversas organizaciones como el ITAM, el Colegio de México y el Instituto de Salud establecen que el consumo de refresco ha disminuido entre 5 y 7 por ciento y ha incrementado el consumo de agua.
“Entonces la parte complicada ya la hicimos, ya tenemos el impuesto, ya se está aplicando. Ahora el asunto que tenemos a la vista es saber qué se está haciendo con el dinero”, apuntó.
En este sentido, el legislador por Chiapas señaló que es necesario garantizar que los recursos recaudados se destinen en su totalidad, como se estableció cuando se diseñó el impuesto, a programas de prevención de obesidad y diabetes, incluyendo el acceso a agua potable en escuelas, espacios públicos y zonas rurales.
Recordó que el Gobierno Federal se estableció la meta de instalar 40 mil bebederos escolares antes de que termine la administración, sin embargo en 2015 el avance era de 5 mil 264 bebederos y para 2016 se está planteando que se cierre con 11 mil.
“Yo creo que hoy es buena hora para preguntar qué pasó, porque organizaciones no gubernamentales, varios legisladores, incluso la misma industria de refrescos y bebidas azucaradas plantea que el problema con el impuesto es que no hay claridad para saber qué es lo que pasa con los ingresos recaudados por el impuesto a bebidas azucaradas”, sostuvo.
En ese sentido, solicitó que la Auditoria Superior de la Federación realice una investigación sobre el destino y ejercicio de dichos recursos durante los ejercicios fiscales de 2014, 2015 y 2016, particularmente del presupuesto ejercido en los bebederos escolares en escuelas públicas.