Canadá empezó hoy a imponer aranceles a decenas de productos procedentes de Estados Unidos como represalia por la decisión de Washington de gravar las compras de acero y aluminio canadienses, lo que puede iniciar una guerra comercial entre los dos mayores socios comerciales del mundo.
La fecha elegida por el Gobierno del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para la entrada en vigor de los aranceles no ha sido elegida al azar.
Canadá celebra hoy su fiesta nacional, y las tradicionales celebraciones del día están teniendo si cabe un tinte más nacionalista debido al creciente enfrentamiento comercial entre los dos países.
Trudeau empezó hoy su jornada para conmemorar el 151 aniversario de la creación del país en la pequeña localidad agrícola de Leamington, al suroeste de Toronto y cerca de la frontera con Estados Unidos.
Allí, el primer ministro canadiense visitó una planta de pasta de tomate y otros productos alimentarios, que hasta hace cuatro años eran una de las principales factorías de salsa de tomate de la multinacional estadounidense Heinz.
Pero en 2014, Heinz decidió abandonar la producción de kétchup en Canadá y cerró la planta, que ahora está controlada por una empresa canadiense.
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Trudeau, rodeado de centenares de personas vestidos con los colores rojo y blanco de la bandera canadiense, reconoció que le preocupa la posibilidad de que el actual conflicto con Estados Unidos se amplíe y se convierta en una guerra comercial abierta.
En declaraciones a la radiotelevisión pública canadiense CBC, Trudeau afirmó que la amenaza emitida hoy por el presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles a las exportaciones canadienses de automóviles, “es preocupante”.
Considerar las exportaciones canadienses de automóviles una amenaza a la seguridad nacional (de Estados Unidos) no tiene realmente sentido. Pero seguimos trabajando mucho en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)”, afirmó Trudeau.
En su tradicional mensaje del Día de Canadá, Trudeau tampoco dejó pasar la oportunidad para referirse, de forma indirecta, al conflicto comercial con Estados Unidos.
Desde el acero de Ontario al aluminio de Quebec, desde la agricultura y el sector de la energía en la Praderas y el Norte a los productos forestales de Columbia Británica y la pesca en el Atlántico, los canadienses cumplen con su trabajo y construyen nuestras comunidades a la vez”, afirmó Trudeau.
Sabemos que podemos contar con los canadienses. Nos apoyamos los unos a los otros y siempre nos apoyaremos los unos a los otros. El éxito de Canadá siempre ha sido su gente, levantándonos los unos a los otros, de comunidad en comunidad”, añadió.
Las palabras de Trudeau pueden ser un aviso de que Canadá prevé un prolongado conflicto con Estados Unidos, y de que los aranceles de Estados Unidos al acero y aluminio y las represalias tomadas por Canadá a partir de hoy son sólo el inicio de la batalla.
De momento, el Gobierno de Trudeau ha calculado el valor de los aranceles estadunidenses sobre los productos canadienses en 16 mil 600 millones de dólares canadienses (unos 12 mil 780 millones de dólares estadunidenses).
Los aranceles de Canadá a productos procedentes de Estados Unidos que hoy entran en vigor, como whisky, chocolate, zumo de naranja, yogur, café, papel higiénico, velas, pañuelos y toallas, servilletas, colchones y bolígrafos entre otros, tienen ese mismo valor.
Canadá ha señalado que no tiene intención de escalar el conflicto, aunque también ha declarado que no se dejará intimidar por Estados Unidos y está preparada para cualquier eventualidad.
Por su parte, las autoridades estadounidenses mezclan sus medidas contra los productos canadienses con mensajes conciliadores.
Vía Excélsior