“Sentí una tremenda amargura cuando me dijeron que estaban en la cárcel”, contó su dueño.
Al menos ocho burros fueron privados de su libertad tras comerse las flores de un complejo que habitan los empleados de la prisión de Orai, en la India.
De acuerdo con los vecinos, los jardines quedaron hechos un desastre y se vieron forzados a encerrarlos dentro de un viejo edificio penitenciario hasta dar con el paradero de los dueños.
“Así que los llamamos y se los entregamos con la advertencia de que tenían que tener cuidado y no permitir que esto vuelva a suceder”, dijeron. Sin embargo, los propietarios aseguraron que tuvieron que pedir la ayuda de un político local para recuperar a los burros.
“Me preguntaron si tenía culpa, y yo admití que sí. Me angustié mucho cuando no los encontré y sentí una tremenda amargura cuando me dijeron que estaban en la cárcel”, comentó el dueño.
Con información de EFE.