Durante este viernes 13 y sábado 14 de octubre se dejarán sentir en la Tierra los efectos de la mayor tormenta magnética registrada hasta la fecha y que será provocada por vientos procedentes del sol.
“El día de hoy, en la Tierra llegará a una nueva parte del viento solar que se convertirá en la próxima tormenta magnética”, informó el Centro Meteorológico ruso.
Una tormenta eléctrica es una reacción de nuestro planeta a las erupciones solares que nos llegan en forma de vientos. El luminoso astro expulsa millones de partículas, que son capaces de alcanzar a la Tierra al cabo de pocos días.
Una tormenta solar ocurre si hay una explosión en la atmósfera de la estrella y salen las nubes de material hacia el espacio; mientras que una geomagnétia se presenta en el momento que esas nubes chocan con el campo magnético terrestre y rompen la coraza por algunas horas.
Si ocurre una de estas últimas, el campo magnético de nuestro mundo tiene variaciones que, por varios procesos físicos, causan interrupciones en las telecomunicaciones.
El fenómeno, de magnitud 4 en una escala de 10, se sentirá en nuestro planeta durante dos días, y si bien no afectará el clima, sí podría alterar el campo magnético terrestre, provocando posibles fallos en equipos electrónicos de navegación o telecomunicación, aumentando el riesgo de accidentes.
Al respecto de los posibles efectos en la salud, el astrónomo Serguéi Popov precisó que las personas más sensibles a las manifestaciones meteorológicas del sol, podrían sentir molestias físicas, desde dolores de cabeza hasta crisis nerviosas, irritabilidad, agotamiento o ansiedad.
Sin embargo, el astrónomo reconoce que no es posible predecir con exactitud la manera en que la tormenta afectará al ser humano, por lo que se deberá tomar en cuenta no sólo su magnitud, sino también la temperatura ambiente y la presión atmosférica durante los días que dure el fenómeno.
En cuanto a otras afectaciones, la tormenta magnética podría generar daños en las comunicaciones de aviones en vuelo con la torre de control, o en los sistemas de localización, como los GPS, que eventualmente dejarían de funcionar u ofrecerían datos incorrectos. Incluso, las brújulas podrían sentir su invisible impacto.
Esta no es la primera alteración en el campo magnético terrestre registrada este año. La última se registró el pasado 6 de septiembre, cuando llegaron partículas de plasma solar que escaparon de la gravedad del Sol.
Por El Sol de Nayarit