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Descubre el ABC del sexo anal

No es una lista de sugerencias, sino una relación de requisitos indispensables para prácticas anales

Sin importar tu preferencia sexual el sexo es delicioso, y a diferencia de otras prácticas sexuales, el sexo anal exige un apego estricto a ciertos principios, que son los que permiten un adecuado y seguro deleite.

El amante inexperto desconoce, olvida u omite estas recomendaciones, pero rápidamente se da cuenta de su trascendencia. Tanto así, que el Dr. Mauro Fernández nos cuenta el su libro “Manual de almohada” que el ABC del sexo anal, no es una lista de sugerencias, sino una relación de requisitos indispensables para llevar a cabo las prácticas anales.

A: El uso del condón

El condón es el aliado de la sexualidad anal, por un lado, la penetración es más simples, más fácil, más rápida y menos molesta, pues el látex (del cual está hecho el condón) permite un mejor deslizamiento del pene sobre la cavidad anal.

Recordemos que el receptáculo anal no está en capacidad de autolubricarse.

Así  mismo, se entenderá que el condón desempeña un papel importante, para disminuir la posibilidad de contagio de una enfermedad de trasmisión sexual.

Sin dejar a un lado que el condón impide que el pene se ponga en contacto con la materia fecal y sus bacterias, lo cual evita que estas colonicen los tejidos del miembro masculino.

B: Uso de lubricantes

La penetración anal suele ser hartamente dificultosa, sobre todo en los primeros intentos. Los lubricantes facilitan la penetración al crear una capa gelatinosa que posibilita un adecuado deslizamiento del pene en la cavidad anal.

Haciendo más fácil la penetración y se producen menos grietas y fisuras microscópicas, teniendo menor riesgo de infecciones.

La ciencia advierte que el uso de lubricante de sabor es un grave error. Ya sea para el acto vaginal, o anal, los lubricantes deben ser hidrosolubles, o sea, solubles en agua. Nunca deben ser aceitosos o con microcristales, ya que pueden romper el preservativo, además de irritar el tejido anal, lo cual precisamente pretendemos evitar con el lubricante.

El pene no sólo se debe aplicar en el pene cubierto con el condón, sino también en todo el periné o zona anal, dependiendo del gusto, untarlos con los dedos dentro de la cavidad anal.

Ya que el lubricante se va secando, debe ponerse cada cierto tiempo durante el acto sexual.

C: La variable clave es el tiempo

El tiempo reviste una importante capital para preparar la cavidad anal. Son necesarios varios intentos, sin llegar a la penetración total, para habilitar y distender el ano, a fin de lograr una penetración placentera.

Los buenos amantes primero experimentan con penetraciones digitales, utilizando el dedo índice o el medio. Claro está  sin olvidar el lubricante. Luego propician penetraciones parciales de prueba, introduciendo sólo una parte del pene, y deteniendo la penetración justo antes de que comience el dolor.

Día a día el orificio anal permitirá penetraciones cada vez más profundas, hasta que al cabo de unos cincuenta y cien intentos el orificio estará habilitado para la penetración completa y el deleite total.

Una vez conseguida la penetración total, se procede a realizar las embestidas pélvicas, es decir, los característicos movimientos de penetración, que en principio pretenden distender la cavidad anal más que lograr placer.

La mejor guía será el dolor

Ambos amantes deben estar atentos al dolor y a las molestias mayúsculas, pues éstos constituyen una alerta de que la penetración anal está siendo dañina y de que es momento de detenerse.

Igual de sorprendente resulta saber que el daño no sólo es del lado femenino. El pene que pretende penetrar anal o vaginalmente a la fuerza puede experimentar fisuras, rupturas del frenillo y hasta auténticas fracturas, condición de sumo cuidado y de serias consecuencias.

Evita el dolor y daños. Disfruten del sexo anal con esta maravillosa formula del ABC.

Por Sumédico

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